Cambio climático: una conversación distorsionada

Un estudio reciente de la revista Nature revela hasta qué punto el aumento de dióxido de carbono (CO₂) ha reverdecido a la Tierra durante las últimas tres décadas. Debido a que el CO₂ actúa como un fertilizante, alrededor de la mitad del total de las tierras con vegetación está persistentemente más verde en la actualidad. Esto debería ser un motivo de gran alegría. En cambio, la BBC se centró en advertir que no debemos dejar de preocuparnos por el calentamiento global y por amenazas tales como el derretimiento de glaciares y las tormentas tropicales más graves. Muchos otros medios de prensa importantes ni siquiera informaron sobre el estudio.

Nuestra conversación climática está ladeada. Existe un amplio margen para sugerir que el cambio climático ha causado tal o cual problema, pero cualquier mención a aspectos positivos es desaprobada. Hemos sabido durante décadas que el aumento de CO₂ y de precipitaciones haría que el mundo fuera mucho más verde —hacia finales de siglo—; es probable que la biomasa mundial haya aumentado en un 40 por ciento. Del mismo modo, sabemos que muchas más personas mueren de frío que de calor. El mayor estudio sobre las muertes causadas por el calor y el frío, publicado el año pasado en la revista The Lancet, evaluó más de 74 millones de muertes en todo el planeta, desde la fría Suecia hasta la caliente Tailandia. Los investigadores descubrieron que el calor causa casi 0,5% de todas las muertes, mientras que más de un 7% son causadas por el frío. Continuar leyendo

Al hablar de calentamiento global, las cifras cuentan

Muchos delegados aquí en la conferencia climática de París deben haber saltado de alegría cuando el actor y ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger publicó un mensaje de Facebook que se viralizó esta semana, titulado “Me importa un *** si estamos de acuerdo sobre el cambio climático”.

Los políticos y los burócratas reunidos en esta ciudad —ahora en tiempo extra— deben hablar en un lenguaje medido; rara vez dicen lo que realmente piensan. Los ex políticos, por otro lado, tienen mucha más libertad de acción.

Y Schwarzenegger quiere que se sepa que no le importa si usted piensa que tiene razón sobre el cambio climático. No está interesado en debatir la ciencia o la respuesta al calentamiento global.

Por un lado, entiendo su sentimiento. Desde mi primer libro, he reconocido la realidad del cambio climático provocado por el hombre y he preguntado cuál es la mejor respuesta política. Es muy difícil relacionarse con personas que no reconocen (o no están interesadas en escuchar) lo que los científicos o los economistas claramente nos dicen.

Por ello, es aún más importante que quienes estamos hablando sobre el calentamiento global y sus respuestas políticas seamos responsables sobre las estadísticas y los datos. Continuar leyendo

Dos pensamientos incompatibles sobre política climática

Aquí en París, hay muchas personas bienintencionadas que creen que necesitamos fuertes reducciones de carbono y subsidios a la producción de energía verde, ahora y por muchos años por venir, para lograr que el mundo avance en la lucha contra el cambio climático. Pero al mismo tiempo, estas mismas personas argumentan que la energía solar y eólica ya es competitiva, o que este momento está a la vuelta de la esquina.

Estos dos argumentos son incompatibles y muchas personas que parecen estar apuntando a ambos simplemente están equivocadas, en uno o en el otro.

Parte del exceso de optimismo en los recortes de carbono es esta afirmación de que en pocos años, la energía solar y eólica será tan barata que va a abarcar el mundo. Si ese fuera el caso, entonces este tratado en realidad sería bastante inútil. Habremos resuelto el calentamiento global. En realidad no hay necesidad de hacer más.

La secretaria ejecutiva del clima (ONU), Christiana Figueres, dice: “En combinación con las inversiones en baterías para almacenamiento, las energías renovables son ahora realmente competitivas con los combustibles fósiles, incluso para la electricidad de red”.

Si su afirmación es verdadera, la energía solar y eólica deben dominar los mercados energéticos pronto. Después de todo, la gente no quema combustibles fósiles para molestar a gente como Figueres. Lo hace porque es barato y confiable. Si la afirmación de Figueres es cierta, y ya no tiene sentido económico utilizar combustibles fósiles, la gente va a cambiar.

Pero eso deja la pregunta de ¿por qué Figueres insta a “un claro compromiso de acción a lo largo de un siglo” sobre el cambio climático?

Muy posiblemente se debe a que la afirmación acerca de que las energías renovables son competitivas simplemente no es verdad.

Lo hemos escuchado antes. Años atrás, en 1976, el famoso ecologista Amory Lovins dijo que para la energía solar, la competitividad estaba a la vuelta de la esquina: “una economía solar en gran parte o en su totalidad puede ser construida en los Estados Unidos con tecnologías blandas sencillas que ahora se evidencian y son económicas o casi económicas”. En 1984, el Instituto Worldwatch nos informó que los subsidios eólicos, “no serán necesarios dentro de unos pocos años”. Un ejemplo más reciente proviene de la Asociación de Comercio Solar del Reino Unido, que había pronosticado que podría vivir sin subsidios para el año 2020. Poco después, pospusieron esa fecha y solicitaron subsidios por lo menos hasta 2028.

A menudo se nos dice que la energía verde es competitiva en África. La energía verde, especialmente el viento, de hecho puede ayudar a los países africanos, por ejemplo, para obtener electricidad en zonas remotas y rurales.

Pero eso es sólo una pequeña parte de todo el panorama. La red eléctrica ofrecerá, por lejos, el mayor beneficio para el mayor número de personas. Según un estudio del Banco Mundial de 2011, la energía renovable “será la opción más económica para una minoría de los hogares en África, incluso cuando se consideran probables reducciones de costos en los próximos 20 años”. Las luces solares más populares cuestan casi US$2 por kWh. Usando energía hidroeléctrica, gas y petróleo, el costo de red eléctrica de los principales centros de población en Etiopía, Ghana y Kenia probablemente será de US$0,16-25 por kWh. En Sudáfrica, donde el carbón alimenta 90% de la electricidad, el costo es de sólo US$0,09 por kWh.

Esto es aún más cierto para la India. A pesar de que los precios de ambas fuentes, solar y eólica, están bajando, aún en 2040 la Agencia Internacional de Energía estima que ambas serán más costosas que la producción de energía promedio.

La energía verde cuesta US$168 mil millones en subsidios al año en este momento y para el 2040, en realidad, estaremos pagando aún más, unos US$206 mil millones por año.

Es, sin embargo, interesante – y sorprendente para muchos – darse cuenta que  incluso con estos enormes subsidios y políticas muy verdes, aun haciendo todo lo que los gobiernos están prometiendo ahora, obtendremos solo 2,4% de nuestra energía a partir de fuentes verdes en el 2040, según la Agencia Internacional de Energía.

Usted realmente debe ponerse un par de gafas teñidas de verde para ver un mundo en el que las energías renovables estén a punto de ser competitivas o, como afirma Figueres, que ya lo son. Pero si usted insiste en argumentar eso, no puede también instar coherentemente por subsidios de largo plazo.

Ya sea la energía solar o la eólica, ambas necesitarán apoyo durante mucho tiempo y no contribuirán significativamente a la solución del cambio climático en los próximos años. O, están a punto de ser competitivas y entonces podremos recortar los subsidios.

La trampa de la “ayuda climática”

Un tema sobre el que estamos escuchando más y más aquí en París es sobre la llamada ayuda climática. Ha habido un enorme empujón de ONG del clima para convencer a los países ricos de gastar una fortuna en ayuda a los países pobres para que estos puedan adaptarse al calentamiento global. Este término es un cajón de sastre de dinero que los países ricos brindan a los países pobres para educación sobre calentamiento global, paneles solares, adaptación o cualquier cosa imaginable que se pueda relacionar con el calentamiento global.

El impulso ya ha tenido un efecto. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha analizado alrededor del 70% de la ayuda total al desarrollo mundial y halló que uno de cada cuatro de esos dólares ahora se desvía a la ayuda relacionada con el clima.

Ayer, el primer ministro de Australia Malcolm Turnbull se comprometió a otorgar casi mil millones de dólares del presupuesto de ayuda al desarrollo de su país al sector climático. En octubre, el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim indicó que habría un aumento de un tercio en el financiamiento directo del banco relacionado con el clima, lo que significa un total anual de cerca de 29 mil millones de dólares en 2020. En septiembre, el presidente de China, Xi Jinping, prometió igualar los 3 mil millones de dólares ofrecidos por el presidente Barack Obama en ayuda para el Fondo Verde para el Clima de la ONU. Continuar leyendo

La mayor amenaza ambiental se ensaña con mujeres y niños

La mayor amenaza ambiental del mundo perjudica de manera desproporcionada a las mujeres y a los niños, en particular en el mundo en desarrollo: es la contaminación del aire interior.

La Organización Mundial de la Salud estima que la contaminación interior mata a 4,3 millones de personas al año, sobre todo porque 2.800 millones de personas todavía utilizan leña, estiércol y carbón para cocinar y mantenerse calientes, respirando aire contaminado dentro de sus casas todos los días. La contaminación del aire interior proveniente de la cocina y la calefacción con chimeneas abiertas puede causar daño equivalente a fumar dos paquetes de cigarrillos al día.

Y, debido a su mayor participación en actividades diarias en la cocina en sociedades donde la cocción en el interior es frecuente, las mujeres experimentan niveles de exposición personal más altos que los hombres. Durante las largas horas que pasan en el interior al lado de sus madres, los niños pequeños también están respirando más contaminantes potencialmente mortales que los hombres adultos.

Para poner el asunto en perspectiva, consideremos el problema ambiental más comentado del calentamiento global. La OMS estima que en la actualidad 141.000 personas mueren al año por el calentamiento global, mientras que 4,3 millones lo hacen por la contaminación del aire interior, una cifra varias veces mayor incluso que las 250 mil muertes anuales por el calentamiento global que la OMS prevé para el año 2050.

La buena noticia es que es relativamente barato abordar la cuestión. Un paso efectivo es proporcionarle a la mitad de estas 2.800 millones de personas cocinas mejoradas que disipen el humo hacia el exterior a través de chimeneas y conductos de ventilación. Eso por sí solo salvaría casi medio millón de vidas cada año, y evitaría 2,5 mil millones de días de enfermedad. El costo sería de alrededor de US$5 mil millones al año, pero esta inversión generaría beneficios económicos, sociales y ambientales por valor de US$52 mil millones al año.

En este momento, se nos presenta una importante ventana de oportunidad para influir en las prioridades ambientales ya que 193 gobiernos del mundo se están preparando para seleccionar un conjunto de objetivos de desarrollo y ambientales para los próximos 15 años a través de las Naciones Unidas. Estos nuevos objetivos se establecen para sustituir los muy exitosos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que caducan este año.

Mi grupo de expertos, el Copenhagen Consensus, les ha pedido a 60 equipos de los principales economistas, entre ellos varios premios Nobel, que evalúen los costos y beneficios económicos, sociales y ambientales de algunas de estas propuestas para guiar a los responsables políticos en la dirección de los objetivos que se espera que aporten el mayor beneficio.

Los expertos no sólo han examinado la contaminación del aire, sino que han abordado una amplia gama de los principales desafíos ambientales para los próximos 15 años. Varios de ellos son particularmente relevantes para las mujeres.

Tener acceso al agua y saneamiento: A pesar de que hemos visto mejoras, 750 millones de personas no tienen acceso a ninguna fuente segura de agua potable y 2.5 mil millones – casi la mitad de los países en desarrollo – carecen incluso de una letrina básica. Más allá del impacto económico sobre las familias, los inconvenientes y la desmoralizante tarea a la que conduce, este déficit de hecho mata a 360 mil personas cada año.

Y, de nuevo, las mujeres sufren más que los hombres: la escasez de saneamiento y lugares para lavar en los barrios pobres exacerba su inseguridad. Aparte de las enfermedades que se propagan por el agua sucia y la falta de saneamiento, no tener acceso a instalaciones significa largas caminatas a retretes comunitarios que, especialmente en la noche, aumentan enormemente el riesgo de violación y otros actos de violencia por motivos de género. Amnistía Internacional hizo un estudio titulado acertadamente: “Arriesgarse a la violación para llegar a un retrete” (en inglés “Risking Rape to Reach a Toilet”)

La mayoría de los residentes de barrios marginales usa letrinas compartidas, con un máximo de 50 a 150 personas que comparten una misma ubicación. Puede tomar 10 minutos caminar desde el domicilio del usuario hasta el inodoro. Para evitar el peligroso viaje, algunas mujeres se ven obligadas a recurrir a los “inodoros volantes” – la eliminación de los desechos humanos arrojándolos a un espacio abierto en una bolsa de plástico.

Más aún, la mayor parte del agua es recogida por mujeres: las fuentes más accesibles podrían ahorrarles 40 minutos por día. Lograr agua y saneamiento para todos en el año 2030 significa la instalación de más pozos, perforaciones y manantiales para proveer a 3 mil millones de personas con saneamiento básico. Esto no va a ser barato. Es probable que cueste US$45 mil millones al año, pero los resultados serían extraordinarios: 170.000 muertes menos por agua contaminada y 80.000 menos muertes por saneamiento inadecuado.

Las cuestiones ambientales más apremiantes del mundo se entrelazan con los desafíos de derechos humanos. Cuando los líderes mundiales se reúnan en la ONU en Nueva York en septiembre para ponerse de acuerdo sobre el conjunto final de objetivos mundiales para los próximos 15 años, debemos exigir que se centren en las soluciones más inteligentes para los males ambientales que causan el mayor daño.

Tifón Haiyan y cambio climático: el enfoque equivocado

El reciente tifón Haiyan fue terrible. Azotó a las Filipinas, matando a miles de personas, debido a la pobreza: viviendas precarias que fueron arrasadas, refugios inadecuados y mala planificación. Es un patrón que conocemos muy bien. Cuando un huracán golpea la rica Florida, hace un daño significativo, pero mata a pocas personas. Cuando un huracán similar golpea países pobres como Honduras y Nicaragua, destruye la economía y mata a decenas de miles. Sin embargo, muchos de los principales líderes de opinión del mundo no han hablado de la pobreza sino que más bien vincularon el tifón Haiyan con el calentamiento global, centrándose en la reducción de CO₂. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kimambos, atribuyeron la causa del Haiyan al cambio climático y afirmaron que eso pone de relieve la necesidad de reducir las emisiones. El primer ministro británico David Cameron dijo: “me parece que la evidencia va en aumento” en cuanto a “la relación entre los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático”. Continuar leyendo