Fuera del centro de conferencias donde se desarrolla la Cumbre del Clima en París, los organizadores han erigido un árbol de viento (arbre à vent) que produce electricidad a partir de la potencia de la brisa. Al hacerlo, han resumido exactamente el enfoque equivocado de la conferencia.
El árbol sólo producirá 3.500 kWh por año y cuesta alrededor de 27 mil dólares (25 mil euros). Por lo tanto, a un precio de producción de alrededor de ocho centavos de dólar al año, tomará 89 años compensar sólo el costo de capital. Dicho de otra manera, el costo es 300% más caro que la energía eólica, incluso tradicional, que aún lucha sin subsidios.
La conferencia COP 21 se trata de simbolismos: gastar un montón de dinero para sentirse bien, pero hacer muy poco.
Esta semana el cinismo alcanzó nuevas alturas, cuando Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, firmó una declaración liderada por Filipinas y otros Gobiernos que indica que las temperaturas deben limitarse a un aumento de 1,5 grados, en lugar del objetivo de 2 ºC del que muchos habían estado hablando. Los anfitriones franceses apoyaron la idea. Los periodistas ambientales publicaron esta noticia con caras serias y los activistas declararon que mantener las temperaturas por debajo de 1,5 °C era de hecho lo moralmente correcto. Continuar leyendo