Si usted no aprende de la historia, está obligado a repetirla. Aquí, en Saint-Denis, al norte de París, es sumamente necesaria una lección de historia.
Miles se reúnen para la 21.ª Cumbre Internacional sobre Calentamiento Global. Los hoteles ya están casi completos, las emisoras se están instalando, los manifestantes se preparan para rugir.
Todo porque esta cumbre es “la última oportunidad” para evitar aumentos de temperatura peligrosos, si escuchamos a la Liga de la Tierra o a muchas otras fuentes. Si no se negocia un tratado significativo aquí en los próximos días, será “demasiado tarde”, dijo el Presidente francés.
Sin embargo, es un argumento conocido, ¿no es así? Recuerdo a la gente, incluyendo al secretario general de las Naciones Unidas, Lord Stern, y al primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, todos de acuerdo en que la reunión de 2009 sobre el calentamiento global en Copenhague era decididamente la última oportunidad mundial. “Si no llegamos a un pacto”, llegó a decir Brown, “no habrá ningún acuerdo mundial retrospectivo en algún período futuro que pueda deshacer esa elección. Por entonces será irremediablemente demasiado tarde”. Continuar leyendo