El reciente tifón Haiyan fue terrible. Azotó a las Filipinas, matando a miles de personas, debido a la pobreza: viviendas precarias que fueron arrasadas, refugios inadecuados y mala planificación. Es un patrón que conocemos muy bien. Cuando un huracán golpea la rica Florida, hace un daño significativo, pero mata a pocas personas. Cuando un huracán similar golpea países pobres como Honduras y Nicaragua, destruye la economía y mata a decenas de miles. Sin embargo, muchos de los principales líderes de opinión del mundo no han hablado de la pobreza sino que más bien vincularon el tifón Haiyan con el calentamiento global, centrándose en la reducción de CO₂. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kimambos, atribuyeron la causa del Haiyan al cambio climático y afirmaron que eso pone de relieve la necesidad de reducir las emisiones. El primer ministro británico David Cameron dijo: “me parece que la evidencia va en aumento” en cuanto a “la relación entre los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático”. Continuar leyendo