Hay un enorme foco puesto ahora en las políticas de la COP 21 que se celebra en París. ¿Los países pobres obtendrán la ayuda climática que quieren? ¿China acordará reducir su crecimiento, dejará a millones de personas más en la pobreza al comprometerse a reducciones de carbono de largo alcance? ¿Cuál será el tenor del tratado emergente?
Es fácil volverse cínico. En lugar de eso, demos un paso atrás y formulemos una pregunta mucho más interesante: ¿Qué haría falta para que París tenga éxito? Con esto no quiero decir que los delegados logren firmar algún tipo de tratado. Quiero decir: ¿Qué haría falta para que París tenga un verdadero impacto en el cambio climático?
La investigación sugiere que la iniciativa de política climática sobre la cual se basaría un tratado efectivo sería una de la que hemos escuchado muy poco acá en París: un masivo esfuerzo de investigación y desarrollo (I+D) para hacer la energía verde más barata.
Durante veinte años hemos insistido en tratar de resolver el cambio climático mediante el apoyo a la producción de energía, principalmente solar y eólica. El problema con este enfoque es que pone el carro delante del caballo. Las tecnologías verdes aún no están maduras y aún no son competitivas, pero insistimos en promoverlas al mundo. Continuar leyendo