Tucumán: La democracia que falta y la dirigencia que sobra

Lo que ocurre con las inundaciones, ocurre con la representación política. Hace mucho que la dirigencia está informada de los problemas estructurales en Argentina, pero hace como que los descubre solo cuando es la ciudadanía la que las padece, en forma masiva. En efecto, 20 años atrás Guillermo O’Donnell advertía sobre las zonas grises de las democracias latinoamericanas y diez años atrás, Carlos Gervasoni presentaba los avances de su tesis de doctorado sobre los déficits democráticos en las provincias argentinas.

En su estudio, este politólogo argentino ponía en la escena académica lo que todos sabíamos en la política: que en el país la democratización era limitada. Llegaba a nivel nacional, pero se detenía en el muro de ciertas provincias. Lideraban entonces el ranking de ser las menos democráticas: Santa Cruz, San Luis, La Rioja, Formosa, Santiago del Estero. Tucumán y Chaco no estaban en el podio, acaso porque en ambas había ocurrido alguna alternancia, pero ocupaban lugares cercanos a la cúspide. ¿Cómo medía esto? Con un índice de democratización que integra las seis condiciones democráticas mínimas (Dahl, 1998): cargos públicos electos, elecciones libres, imparciales y regulares, libertad de expresión, fuentes alternativas de información, autonomía de las asociaciones, ciudadanía inclusiva. Continuar leyendo