Escribo en vísperas de las elecciones españolas. Según las encuestas, termina el bipartidismo. Las grandes fuerzas políticas se fragmentarán en cuatro. Lamentablemente, una de las patas de ese nuevo banco trae consigo un grave factor desestabilizador. Lo explico.
Tras la muerte de Francisco Franco, desde la restauración de la democracia a mediados de la década de los setenta, el centro derecha (Unión de Centro Democrático y Partido Popular) ha gobernado durante 17 años divididos en tres períodos (Adolfo Suárez-Leopoldo Calvo Sotelo, José María Aznar y Mariano Rajoy), mientras el centro izquierda (Partido Socialista Obrero Español, PSOE) lo ha hecho por 22 años (Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero). En democracia, Felipe González es la persona que ha ocupado el cargo de presidente de gobierno por más tiempo consecutivo: 14 años.
Estos casi 40 años democráticos, edificados sobre un período similar de dictadura franquista lleno de luces y sombras, de atropellos y aciertos, han sido los mejores de la historia de España. El país dio un salto hacia el desarrollo y la modernidad, alcanzó un PIB anual de 30 mil dólares y florecieron las obras públicas como nunca antes. Fue la etapa en que media docena de compañías españolas se convirtieron en los mayores inversionistas extranjeros en América Latina. Continuar leyendo