Una de las grandes sorpresas que ha deparado el Gobierno de Mauricio Macri es su coincidencia con el kirchnerismo en los métodos para combatir la inflación. La reivindicación del ex senador Ernesto Sanz de los aprietes de Guillermo Moreno a los empresarios para que bajen los precios, junto a las declaraciones del director nacional de Defensa al Consumidor Fernando Blanco Muiño solicitando que los consumidores hagan un boicot para que bajen los precios van en esa dirección. Esto se suma a la decisión de la secretaria de Comercio de mantener el programa Precios Cuidados, con el agregado de la posibilidad de controlar los precios de mil productos por medio de una aplicación para teléfonos celulares que comenzará a funcionar a partir de abril. Además, se les ofrece a los jubilados que no tengan celulares pasar por los locales de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para saber los precios de los productos en distintos supermercados.
“Algunos empresarios argentinos se merecen un Moreno y no les basta con pedirles, hay que hacerles caer todo el peso de la ley”, dijo Sanz en un reportaje esta semana. Agregó: “Este es un Gobierno que no puede hacer la de Moreno, que era de prepo, tiene que actuar con la ley”, pero fue más allá al afirmar: “Para mí, hay que ser más duros con los empresarios que no han entendido el rol que tienen ahora y en lugar de ayudar a combatir la inflación, aprovechan el río revuelto con demarcaciones; en el rubro alimentos, hay quienes no están a la altura de las circunstancias”. Por su parte, Blanco Muiño manifestó: “En un contexto como el actual, donde algunos sectores subieron precios injustificadamente, el boicot es una herramienta válida”. Continuar leyendo