Para algunos volvió. Para muchos nunca se había ido y nuevamente, como el 9 de diciembre pasado, protagonizó, abrazada por el fervor popular, un acontecimiento capaz de conmover el tablero político.
Como en muchas de nuestras mejores jornadas históricas, la lluvia agregó una dimensión épica a la imponente movilización convocada para acompañar a Cristina ante el mamarracho jurídico del juez Claudio Bonadio. Decenas de miles de argentinos llegados de distintos rincones del país, portando identidades y experiencias diversas, manifestamos una vez más nuestra lealtad a quien sin dudas es la conductora del movimiento nacional.
El mensaje de Cristina recorrió la historia de persecuciones a los Gobiernos populares, recordó que las campañas moralizantes de los sectores concentrados siempre tuvieron el objetivo de ir por los derechos y las conquistas logradas por millones de argentinos en cada etapa. Dio cuenta de la degradación de las condiciones de vida ocurridas sólo en cien días de gestión, manifestó su respeto a la voluntad popular y su exhortación a que el Gobierno que ganó diciendo que no iba a devaluar, que no iba echar, que no iba a producir tarifazos, que no iba a hacer ajustes, también la respete. Continuar leyendo