Dentro de las situaciones que se presentan en la política argentina en este año electoral, existe uno que resulta de particular interés: el caso de Gabriela Michetti. La controversia, finalmente zanjada sobre su futuro político, dispuesta entre su voluntad de competir por la Jefatura de Gobierno, y “lo que es mejor para el partido”, actualiza debates sobre las modalidades de selección de candidatos y la pluralidad de miradas aceptadas en los partidos políticos argentinos.
Sin duda, la actual senadora por la ciudad de Buenos Aires ha reunido un gran capital político en los últimos diez años. Es la dirigente con mayor imagen positiva en CABA y con una intención de voto que le permitiría sortear con razonables probabilidades de éxito la futura compulsa electoral. En un partido que emplea en forma masiva las armas de marketing político, y dónde los cañones han apuntado a instalar a Horacio Rodríguez Larreta, Michetti llega y se mantiene en los primeros planos prácticamente sin utilizar las herramientas que recomiendan los expertos. Continuar leyendo