El 10 de diciembre de 2015, Cristina F. de Kirchner le pasará la banda presidencial al candidato elegido por la voluntad popular. Este acto, protocolar en las democracias maduras, se constituirá lógicamente en una fiesta para los argentinos. Sin embargo, ese día D cada vez menos lejano genera muchos interrogantes sobre las estrategias a asumir por los principales actores políticos para llegar a él.
Una de las preguntas más relevantes es cuál será el futuro del kirchnerismo, concretamente cómo trascenderá, si podrá seguir liderando el peronismo; si se constituirá como una fuerza política independiente; si será subsumido por otras corrientes políticas del “movimiento”; o por el contrario, si simplemente se extinguirá como pasó con el menemismo.