Reprobando al conductor

El karma de los pactos con Irán parece no solo repercutir en la Argentina. En Estados Unidos la negociación llevada a cabo por la administración del presidente Barack Obama para encuadrar el programa nuclear de Irán bajo patrones aceptables para Occidente y para su propio país ha levantado oleadas de opiniones y de críticas, en algunos casos muy severas y de elevado tono de preocupación.

En esa línea se inscribe el antiguo vicepresidente de George W. Bush, Dick Cheney (también fue secretario de Defensa de George Bush senior), que acaba de publicar un libro junto a su hija Liz en donde considera que debido a las políticas del presidente el país está más vulnerable a atentados terroristas hoy que antes del 11 de septiembre de 2001.

Con un nuevo aniversario de los atentados a las Torres Gemelas y al edificio del Pentágono en Washington avecinándose, el libro del los Cheney, Exceptional, es un alegato en favor de volver a una política dura en materia de presencia militar de los Estados Unidos. El relato trata de justificar por qué el mundo necesita de unos Estados Unidos poderosos.

Si bien el país ha conservado la tradición de que los Gobiernos salientes no critican a su inmediato sucesor, no ha sido el caso de Cheney, que no se ha privado de nada cuando le ha llegado el turno de hablar de Obama y de su presidencia.

El antiguo vicepresidente sostiene que el centro de la próxima elección debe concentrase en reconstruir la fortaleza militar norteamericana, algo que podría calificarse como políticamente incorrecto, pero que el funcionario no disimula para nada. Continuar leyendo

Unas PASO singulares y contradictorias

Las elecciones PASO que hoy se llevan a cabo en todo el país han concitado, obviamente el interés de todos. Se trata del primer eslabón en la carrera hacia la Presidencia. Y como no podía ser de otra manera, el evento está rodeado de las infaltables curiosidades argentinas, que muchas veces tiñen de modo particular lo que serían los compromisos electorales equivalentes en otros países.

En efecto, a este turno de votación se lo llama “primarias” (nombre tomado a todas luces de la tradición americana de las “primaries”), dando la impresión, para el que no lo sabe (un extranjero, por ejemplo), de que los partidos eligen sus candidatos internamente. Pero la singularidad argentina ha inventado otra cosa.

Aquí hay partidos que no dirimen nada, que no eligen candidatos, que no resuelven, en suma, ninguna interna, ninguna primaria, sencillamente porque concurren a la elección con un solo candidato. En honor a la verdad esos partidos no deberían participar de las PASO. Si quieren movilizar a todos los ciudadanos para que dediquen un domingo de su vida a ir a elegir candidatos obligatoriamente, de partidos que no son los suyos, por lo menos que los hagan ir para seleccionar entre más de una alternativa. De lo contario, el ciudadano no está votando en una interna, sino en una externa. Continuar leyendo

La ayuda de Obama que el Gobierno argentino ignora

Es posible que la presidente haya errado el timing y el lugar para su presentación por el tema de las reestructuraciones de deudas soberanas. Como se sabe, la Sra de Kirchner hablará hoy ante la Asamblea de las Naciones Unidas para proponer que, de ahora en más, y teniendo en cuenta lo que le ocurrió a la Argentina, se establezca un orden internacional universalemente aceptado por las naciones según el cual cuando un país logra un determinado porcentaje de aceptación de acreedores para un plan de regularización de deudas, la minoría que no lo acepte no pueda sino acceder a lo que decidió una mayoría calificada.

Se trata de llevar al Derecho Internacional Público las normas del derecho privado comercial en donde, efectivamente, cuando una empresa se presenta en convocatoria, si allí logra el consentimiento de un determinado porcentaje de acreedores, el resto debe aceptar su plan y empezar a cobrar de acuerdo a la propuesta presentada y aprobada.

La Presidente viene haciendo de esta postura una especie de batalla quijotesca por la Justicia Social Universal y en contra de los carroñeros fondos buitre que cuentan -en el escenario presidencial- con el invalorable apoyo del gobierno del Imperio que defiende los intereses de esos explotadores como si fueran propios.

Sin embargo, los hechos dicen otra cosa muy distinta a los ubicuos mensajes de antinorteamericanismo con los que la jefa de Estado ha bombardeado los oídos de todos nosotros en una inexplicable explotación demagógica de la política internacional.

A las muchas presentaciones de “amicus curiae” que el gobierno norteamericano ha hecho a favor de la Argentina durante todo el tiempo que duró el proceso en el juzgado de Griesa, se le sumó hace 20 días una propuesta que la administración de Barack Obama hizo ante la ICMA (International Capital Markets Association) para que a partir de ahora los acreedores minoritarios no puedan desconocer lo resuelto por una mayoría calificada en un programa de rerestructuración soberana. En pocas palabras, ni más ni menos que lo que la Presidente busca.

Kevin Sullivan, el encargado de negocios norteamericano en Buenos Aires a cargo interino de la Embajada, lo anunció al mismo tiempo que le recomendó al país salir del default para empezar a recibir las inversiones que necesita.

Ese fue su error. Era imperioso encontrar alguna palabra del diplomático que permitiera ocultar el hecho de que nada menos que el Imperio enemigo estaba liderando una corriente financiera para que en el futuro los países que reestructuren su deuda puedan estar a salvo de los “buitres”. Si Sullivan hubiera callado su consejo sobre el default, al gobierno se le habría caído un enemigo, probablemente el mejor enemigo de estos tiempos de populismo “reloaded”: el imperialismo yanqui mostrado aquí como poniéndose, siempre presuroso, al lado de los poderosos y en contra de los débiles.

Es más, la presentación de hoy de la Presidente se hace en un lugar equivocado e inoperante. Resulta ya histórica la inutilidad de la ONU prácticamente para cualquier tema que haga a las preocupaciones mundiales. Su pomposa organización no ha sido capaz de entregarle al mundo una sola solución a nada y ningún conflicto internacional ha podido ser evitado por la gracia de la ONU. Es, a todas luces, un organismo burocrático inservible.

Y si lo es en los aspectos fundamentales que tienen que ver con su fundación -la paz mundial y el evitar los conflictos armados- cuanto más en una cuestión que tiene que ver con las finanzas internacionales en donde la ONU no juega ni de visitante.

La International Capital Markets Association, en cambio, es una entidad que reúne a más de 450 instituciones financieras y fondos que operan diariamente con bonos y títulos en todo el mundo y que, por lo tanto, ejerce un peso mucho mayor sobre esos operadores que el que puede tener la pobre ONU. La presentación norteamericana, reiteramos, fue hecha allí. A tal punto es importante la cuestión que esa movida de la administración Obama probablemente sea el mayor impacto que hasta ahora han tenido los “buitres” en términos efectivos y no simplemente como parte de una incendiaria verborragia de propaganda.

Como todas las cosas útiles -y fundamentalmente en donde esa “utilidad” genera inconvenientes para algún pícaro- el dato fue menos conocido (o desconocido por completo) que los fuegos de artificio que la verba de Kicillof y la Presidente lanzaron estos días en contra de los EEUU y de su gobierno. Pero cuando uno va a buscar lo que Hipólito Yrigoyen hubiera denominado “efectividades conducentes”, son los EEUU los que están jugando su peso en la futura solución de estos conflictos. Y están haciéndolo en los lugares en donde realmente vale la pena y es útil hacerlo.

Lo que la mandataria y probablemente su ministro de economía desconozcan es que lo que el Gobierno de ese país no puede hacer es ignorar las decisiones soberanas de sus jueces, que son independientes de ellos y sobre los que no tienen ningún poder ni de vigilancia, ni de control, ni de superioridad jerárquica.

Probablemente, tanto la Sra. de Kirchner como Kicillof, acostumbrados a cómo se manejan las cosas en la Argentina, hubieran esperado que el presidente Obama levantara un teléfono y pusiera a Griesa “en su lugar”, amenazándolo incluso con dejarlo de patitas en la calle. Pero eso es parte de la visión aldeana que el oficialismo tiene del mundo, que le impide ver cómo funcionan las instituciones en la civilización de la democracia.

La concepción feudal del poder que existe en el kirchnerismo cree que las cosas son iguales en todas partes, y con su discurso plagado de sofismas trasmite esa misma idea a franjas desinformadas de la sociedad argentina que sigue fomándose en ese modelo “barrial” y encerrado de ver la vida.

Ese “tupper” en el que muchos argentinos viven le ha sido excepcionalmente funcional al Gobierno que, explota esa ignorancia para hacerles creer la versión de la realidad que más le conviene.

Pero más allá de esas mentiras, lo único que vale es la verdad. Y en ese terreno el gobierno norteamericano ha hecho más por la validación del voto mayoritario en las reestructuraciones soberanas de deuda que las sobreactuadas manifestaciones de la Presidente en un escenario proverbialmente conocido por su incompetencia.

La hora de la Corte Suprema

Finalmente la esperada decisión de la Corte norteamericana sobre la deuda argentina con los holdouts se dará a conocer en la jornada de hoy.

Recordemos que por “fallo favorable” se pueden entender dos decisiones de la Corte: que se quede con el caso para entender ella en la cuestión y revisar lo decidido por Griesa (alternativa de máxima) o que haga una consulta derivada al gobierno del presidente Obama por la vía del “Solicitor General”, un equivalente a nuestro Procurador General.

La peor de las alternativas para la Argentina sería que una mayoría decisiva de los nueve jueces supremos remita las actuaciones nuevamente al tribunal que ya entendió en ellas, en una suerte de respaldo a lo fallado en primera instancia.

Recordemos que Griesa dispuso que la Argentina debía pagar a los demandantes de los fondos que no entraron en los canjes de deuda. ¿El total de lo reclamado en ese juicio? Unos 1330 millones de dólares.

A partir de ese fallo se suscitaron distintas interpretaciones –más allá de activarse las apelaciones que aún están en danza, la primera de las cuales respaldó lo fallado por el juez del circuito sur de New York- que plantearon interrogantes sobre cuál sería la situación del país frente a los acreedores que sí se acogieron a las condiciones de los canjes de 2005 y 2010.

Si el país a consecuencia del fallo debía pagarles a los holdouts el 100% de sus acreencias, entonces muchos supusieron que, por los protocolos de los bonos emitidos como consecuencia de los canjes, la Argentina debería igualar esas condiciones a los tenedores de los bonos nuevos, es decir, aquellos que entraron voluntariamente a los canjes. Obviamente semejante opción sería catastrófica porque implicaría tener que pagar los valores originales de la deuda al 100%.

Otros entendieron que semejante alternativa no sería aplicable porque las condiciones bajo las cuales el país se obligó a igualar ofertas tenían que ver con mejoras voluntarias ofrecidas por la Argentina y no aquellas derivadas de la obligación de cumplir un fallo judicial. Esto es, el país se vería en la obligación de tratar a los acreedores del canje igual que a los holdouts en la medida en que las mejores condiciones dadas a éstos fueran otorgadas voluntariamente por el país y no por el cumplimiento de una sentencia.

Una tercera alternativa de interpretación –que es a la que parece apuntar el gobierno- es a un plazo establecido en los protocolos del canje que indica que la obligación de la cláusula “pari pasu”, caduca en diciembre de 2014. Es decir, si el país lograra que a diciembre de este año los holdouts no tuvieran un fallo definitivo favorable a que se les pague el 100%, no cabrían ya dudas de ninguna especie de que la Argentina no debería pagar el total que los acreedores que entraron al canje resignaron por el hecho de acogerse a ese ofrecimiento. A partir de allí, el gobierno podría mejorar incluso voluntariamente las condiciones de cobro de los holdouts sin que los acreedores que entraron al canje pudieran reclamar nada.

La postergación de la decisión de la Corte Suprema cobra importancia a la luz de lo declarado por el juez Griesa hace unas semanas. En esa ocasión, el juez dijo que la Argentina no había mostrado ninguna voluntad de pago y que al contrario, había amenazado con rebelarse contra lo dispuesto por la Justicia; que en ningún caso se había acercado al juzgado para explicar las razones por las cuales no podía pagar en los términos del fallo y para ofrecer distintas opciones que, por otro lado, habrían sido recibidas y analizadas con gusto.

Si la Corte estuviera cerca de interpretar la cuestión en términos parecidos, esto es, que si bien se comprende que el país no pueda pagar de modo perentorio todo lo que se le reclama, sí sería ajustado a derecho que presentara opciones para tratar de solucionar el problema, no caben dudas de que esa decisión sería interpretada como un duro golpe judicial para el gobierno y para los planes financieros del equipo que preside Axel Kicillof.

Más allá de estas especulaciones, lo más probable es que los jueces pidan el auxilio del Procurador para terminar de decidir esta cuestión más adelante. En ese caso un primer objetivo del gobierno –el ganar tiempo- se habría cumplido. Una vez que el tema deje una órbita estrictamente judicial (en donde el país lleva claramente las de perder) para pasar a otra más política, en donde las consideraciones fácticas cobren un peso del que carecen en los estrados judiciales, las posibilidades de un final que favorezca a la Argentina crecen.

La presidente el otro día se refirió a la declaración británica en el sentido de lo negativo que sería un fallo que desconociera un proceso de renegociación de deuda como el que la Argentina abrió en 2005 y 2010. En efecto, la confianza en la validez final de lo acordado en procesos como ese entraría seriamente en dudas, sea cuales sean los países que de ahora en más pudieran verse en una situación similar.

Hay que esperar un poco más entonces para develar el misterio. Aunque la reacción de los mercados locales a mitad de semana fue muy sintomática como para que, de golpe, todo se vuelva tan oscuro.