Malas intenciones

El triste espectáculo que está dando la Presidente saliente, materializado en un sinnúmero de insensateces —incluido el increíble capricho de la ceremonia de trasmisión del mando— muestra, no sólo los contornos más íntimos de un ser débil, muy inseguro, con una valoración real muy baja de sí misma y con un ego artificial fabricado a fuerza de posturas impostadas basadas en el ejercicio de la prepotencia, sino la pretensión intacta de seguir impulsando un modelo de país basado en el personalismo, en la idolatría pagana de un tótem y en endiosamientos personales antes que en los principios de la democracia moderna, representativa, plural, alternante y que limita el ejercicio abusivo del poder.

La Sra. de Kirchner sigue posicionándose como el eje de ese modelo de caudillismo antiguo, militar, unitario, divisor, encapsulado en intransigencias que no admiten ni la discusión, ni el debate ni el diálogo ni el compromiso.

La Presidente que se va no termina de entender que ha pasado una época, que ha terminado una manera de entender la vida del país, el posicionamiento de la Argentina y la forma en que se relacionan gobernantes y gobernados.

Un conjunto de amanuenses que no tienen vida propia y que ven cómo se les escapa entre los dedos la arena del castillo que habían construido están haciendo los últimos esfuerzos para resistir un cambio imparable. Siguen apelando al temor, al apriete, a la amenaza, porque es el único idioma que conocen, propio de una época que quedó atrás. Continuar leyendo

Días de contrastes

Los días previos a la asunción del Gobierno de Mauricio Macri presentan un escenario de fuertes choques visuales, de profundos contrastes de estilos y de enormes diferencias entre las personas que, de un lado y otro, los protagonizan.

De la parte del Gobierno entrante, lo que se observa es una ostensible paz. No se perciben ni gestos, ni palabras altisonantes, no hay tonos elevados y más bien se nota un clima de tranquilidad, de sosiego y de cierta bonhomía en los rostros, en el lenguaje corporal, en los gestos y en las ideas que se trasmiten.

Hoy el mandatario electo presentó su gabinete en el Jardín Botánico, en donde tantas veces trabajó con su equipo de la ciudad de Buenos Aires, en un acto sencillo pero de mucha carga de indicios. En efecto, lo simple de la ceremonia no ocultó una catarata de mensajes implícitos que cualquier observador pudo extraer de ella por el simple hecho de mirarla.

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