La presidente volvió a la escena de la mano de una palabra que gobernó gran parte de su discurso. “Aumentamos” dijo, haciendo un juego de palabras, mofándose de los “aumentos de precios”, argumentando que “ellos” -el gobierno- aumentaron una cierta cantidad de dudosas variables. Pero la presidente olvidó otros muchos “aumentamos”.
Algunos han sido muy graves en términos sociales. Algunos le han costado la vida a miles de argentinos inocentes, como el aumento del número de criminales sueltos por la calle que tienen a la ciudadanía viviendo en estado de pánico. Otros dejarán secuelas culturales que costará mucho erradicar, como la inútil división social y el rencor gratuitamente repartido. Algunos esperan respuestas judiciales, como fue el aumento inexplicado de algunas fortunas. Y otros han traído a la Argentina males y escenas desconocidas para nosotros hasta hace sólo unos años, como las que entregan los sicarios del narcotráfico matando gente por la calle. Otros están respaldados por las cifras oficiales: cuando en el censo de 2001 vivían 10 personas en una villa miseria, en el censo 2010 vivían 16, un 60% más.
Algunos tendrán impacto por años en la Argentina, como el “aumento” del aislamiento internacional y del pésimo concepto que le hemos trasmitido al mundo. Otros han profundizado las peores prácticas de nuestra historia, llevando el unitarismo fiscal a niveles extorsivos que convirtieron a las provincias en meras dependencias del gobierno nacional.