La imagen de Domingo Cavallo en cuatro patas detrás de un escritorio que apenas lo contenía de los huevos y demás objetos que le tiraban desde corta distancia con inusitada violencia, podría ser tomada con una representación metafórica de lo que está por venir.
El capitán de aquella convocatoria a “hacer mierda” al ex ministro cuando se presentó a dar una conferencia en la UCA, Pedro Biscay, es, desde hoy, director del BCRA, ubicado allí por Kicillof. El nombre del ministro marxista de la Argentina domina toda la escena y quienes quieran desentrañar el futuro próximo del país no tendrán más que revisar lo que el marxismo ha producido en el mundo en los últimos 100 años.
Como toda teoría basada en el odio y la envidia, el marxismo no ha provocado otra cosa que no sea hambre, destrucción, crímenes y muertes. Entre sus víctimas “económicas” -porque como típica idea inservible no fue capaz de producir una docena de huevos en tiempo y forma y mató de hambre a millones- y sus víctimas “bélicas” (entre purgas, muertos en atentados, guerras inútiles -como la producida en Vietnam, ¿total para qué? para que hoy el país termine como aliado norteamericano y en una creciente occidentalización copiada de China-, experimentos estrafalarios como el de Cuba, Norcorea, el Khmer Rouge de Camboya [solo allí murieron más de 2000000], las guerrillas latinoamericanas, la URSS y todo el bloque oriental de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial) el comunismo mandó al muere a más de 300 millones de personas, el 5% de la población mundial. Continuar leyendo