Las inundaciones parecen ya una historia del pasado y los argentinos somos víctimas de una memoria floja: Si el problema pasó, nunca existió. Desmemoria que nos ha costado más de lo que creemos.
Parece absurdo tener que decirlo, pero las obras se hacen antes de que surjan los problemas. Una vez que las lluvias llegaron, una vez que los cortes de luz comenzaron, no hay más nada para hacer, solo resignarse. Me resulta tristemente gracioso escuchar al actual gobernador de la provincia de Buenos Aires hablar de obras realizadas y de obras a realizar. Una vez más la realidad es más dura que cualquier relato y pone de manifiesto otro aspecto más de la inoperancia de Daniel Scioli, que paradójicamente quiere gobernar el país. Y a esa inoperancia se suma además cierta falta de sensibilidad al afirmar que, si no hubieran hecho obras, la situación sería peor. O incluso llegar a decir que hay que trasladar a las personas a otro lugar, al mejor estilo de intercambio de poblaciones de la primer posguerra.
Hace cerca de un año, si la memoria no me traiciona, fue en el funeral del abuelo de un amigo muy cercano de la infancia, cuando me encontré con este otro amigo músico que vive en Luján desde hace años. En aquel entonces me dijo: “Es terrible lo que pasa con esto de las inundaciones, tenés que escribir sobre eso, porque no se están haciendo obras”. Yo en su momento no tenía información concreta sobre la situación de la provincia a este respecto, pero hoy las cosas se hacen más evidentes y todos los diarios y los canales serios han puesto de manifiesto la situación actual que se vive en la tierra de Scioli. Mi anécdota atestigua además que esto de las inundaciones no es algo nuevo, algo desconocido, sino que una vez más se trata de un Gobierno que es indiferentes a los males que sufre la población y se ocupa de anuncios vacíos en lugar de generar obras concretas. Continuar leyendo