Se suele identificar al peronismo con toda medida que tienda a beneficiar a quienes no están en una posición privilegiada. Y llegó a tanto ese sesgo obtuso que hasta Hugo Moyano dijo: “Macri se está peronizando”. Históricamente, el peronismo ha sido pionero en la Argentina en darle al trabajador una serie de derechos y hasta un lugar en la sociedad que nunca antes había tenido. Esto no significa que el peronismo tenga el monopolio de la dignidad, ni que tengamos que identificar como peronista a cualquiera que pugne por los derechos de los más débiles.
El kirchnerismo, que se decía peronista y tuvo en su interior durante mucho tiempo a quienes hoy se siguen llamando peronistas, implantó en la Argentina uno de los sistemas tributarios más regresivos. No sólo el impuesto a las ganancias, sino además el impuesto a los bienes personales y hasta la continuidad del IVA. En sí, no podemos decir que son impuestos regresivos, pero pasan a serlo cuando no se modifican los límites imponibles en un contexto inflacionario. A estos impuestos se sumó, obviamente, la inflación, que diluía el poder de compra de los menos favorecidos mientras beneficiaba a quienes podían invertir en bienes durables o en dólares. Evidentemente, de peronismo el kirchnerismo no tuvo nada. Continuar leyendo