Fue un domingo que todavía me cuesta procesar. He visto a muchas personas de mi entorno que se han movido para fiscalizar. Fue algo histórico, por fin las personas empezaron a entender que el futuro depende de lo que cada uno de nosotros haga para crearlo y sostenerlo. Fiscalizaron y de esa forma se metieron en política. Estudiantes, profesores, gerentes, dueños de empresas, trabajadores, todos ellos se embarraron y salieron de su comodidad para trabajar por la república.
Fueron doce años de oscurantismo, doce años de destruir la embrionaria república que los argentinos habíamos construidos en democracia, doce años que nos enseñaron que la prepotencia y el sectarismo no pueden volver al poder. Así como los Gobiernos militares, con todo el dolor que trajeron al país, nos enseñaron involuntariamente la importancia de la democracia, el kirchnerismo nos enseñó la de la república. Fue seguramente un período doloroso, pero a la vez necesario para que los argentinos podamos hacer este aprendizaje.
No puedo disimular mi alegría. Desde hace ya bastante tiempo mis columnas giraron prácticamente en torno a un único tema: la necesidad de construir una república, dejando de lado todo lo que el kirchnerismo representa. Hoy puedo decir con tranquilidad que los argentinos ya tomamos la trascendente decisión de volver al camino de la república, ese camino que habíamos abandonado, tentados por una bonanza económica casi azarosa. Continuar leyendo