Lo dijo Francisco en su primera misa pública en Brasil, donde preside la XXVIIIª Jornada Mundial de la Juventud. El Papa rezó frente a la imagen de la Virgen de Aparecida, patrona del Brasil.
“Cuánta alegría me da venir a la casa de la madre del pueblo brasileño”. Así inició Francisco su homilía, pronunciada en un lugar de mucha significación para el Brasil pero también para él, porque fue allí donde se hizo conocer Jorge Bergoglio por el conjunto de cardenales que más tarde se inclinaron por su candidatura al papado.