El multilateralismo es importante para un país que necesita diversificar su comercio exterior, atraer inversiones y resolver problemas de financiamiento. Pero el cumplimiento de este objeto se ve con frecuencia empañado por el estilo que el Gobierno le imprime a su diplomacia
Si en política exterior –y en política en general- se debe ser firme en el núcleo pero flexible en las formas, la del kirchnerismo ha sido siempre una diplomacia al revés: dura en las formas y errática en el fondo. Es difícil encontrar estrategia en estos doce años; en cambio ha sido constante el proyectar fronteras afuera la lógica amigo-enemigo que distinguió a esta gestión en el plano interno.
En virtud de lo anterior, observemos lo que se concretó en esta visita a Rusia. Continuar leyendo