La sociedad argentina está enferma y desorientada. El kirchnerismo y algunos sectores del Gobierno nacional se equivocan fieramente. Sus actos revelan inconsistencia y vaguedad. Y no hablo de economía, del aumento de los servicios ni de ganancias, que dejo para especialistas y ecónomos. Hablo de conductas antisociales llevadas adelante por el kirchnerismo, que la autoridad tenía la obligación de impedir y no lo hizo por temor, más que por prudencia.
Las escenas de la toma de Comodoro Py evocan los tiempos del Gobierno de Héctor José Cámpora, cuando la Juventud Peronista aliada a montoneros asaltaba oficinas y edificios públicos. Cuarenta y nueve días de espanto que el kirchnerismo evoca como el paraíso a recuperar. No ha sido un tema menor que Kirchner adoptara el nombre del ex Presidente para bautizar su creación juvenil. La sociedad ya debería darse cuenta de que el revisionismo histórico de estos gandules no es incoloro ni inodoro, ni siquiera un devaneo intelectual. Conlleva el peligro de la repetición de viejos errores que la inteligencia, la intelectualidad peronista y los políticos del mismo espacio dejaron correr como si fuera una simple travesura juvenil. Ahora, con las escenas de la toma de Comodoro Py, es tarde, el mal está hecho. El futuro se anuncia borrascoso. Continuar leyendo