Conversando con el doctor Carlos Menen, en el año 2009, con el objetivo de recuperar algunos recuerdos de su vida política, el ex-presidente me contó que siendo gobernador de La Rioja se había reunido, hacia fines de 1973, con el entonces Presidente de la Nación, el general Perón.
El motivo de aquella conversación fue poner al tanto al caudillo justicialista de las dificultades económicas de La Rioja y las escasas posibilidades de generar trabajo genuino para su gente.
Perón, con el gracejo y el humor que lo caracterizaba, le dijo que ya conocía el problema: “¡Al fin y al cabo mi mujer es riojana! Y me ha contado que hasta las langostas cuando ingresan a la provincia lo hacen con mochilas provistas de viandas”.