Persistir en libertad: 25 años de reunificación alemana

““Nos preguntamos: qué valor puede tener para nosotros el desarrollo en el mundo, si nuestro país está desgarrado? Que podemos hacer en conjunto para que no perdure esta división?” Estos son interrogantes que Richard von Weizsaecker planteaba muchos años antes de la caída del muro,  en su primera participación como presidente alemán ante 150.000 fieles en el dia de la iglesia en 1965, en Colonia . En su alocución dejó en claro que el anhelo profundo de volver a estar juntos, estaba presente, vivo y que iba a traspasar los limites impuestos.  Tenía razón: este 3 de octubre se cumplen 25 años desde  la reunificación de Alemania, basada en  el artículo 23 de la Constitución alemana.

Alemania es un país que reúne dentro de su seno a muchas naciones.Todas las tribus germánicas hicieron de sus pueblos culturas ricas que tomaron la decisión de caminar juntas a fines del Siglo XIX, mezclándose en un proceso que se conoció como: Unificación Alemana. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial, la atrocidad del nazismo, dio por tierra con esos sueños de hermandad. ¿Cómo es posible que una civilizada Alemania se convirtiera en  pocos meses en un Estado totalitario, inhumano? La “Catástrofe alemana” la llamó Friedrich Meinecke. La violación pura y sistemática de los dchos humanos.

Y tras la guerra, las potencias vencedoras se repartieron el territorio alemán como si fuera el tablero de un juego de estrategia. Padres, hijos, hermanos, primos y amigos, fueron separados los unos de los otros tras la completa división del país entre capitalismo y comunismo.

La identidad de un pueblo es capaz de superar cualquier ideología política, social o económica. Constituye lazos mucho más fuertes que ni siquiera el tiempo es capaz de cortar. Para 1989, los alemanes a uno y otro lado del Muro sabían que había llegado el momento de un cambio: el de volver a vivir bajo un mismo techo, el de una república democrática donde la libertad, la justicia y la solidaridad imperaran.  La caída del Muro de Berlín significó el fin de una era que llenó de angustias al mundo entero. Y cuando once meses después , el 3 de octubre de 1990 ,  se sellaba el “ Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania” (“Tratado de Dos más Cuatro” ) con la adhesión de los Cinco Estados Federados Orientales  a la Ley Fundamental de Alemania, la  reunificación de Alemania dejó de ser una asignatura pendiente y motivo de conflicto, para convertirse en un nuevo orden de paz continental

Hoy los alemanes viven en una democracia consolidada, orgullosa de su normalidad. Este espíritu democrático se nutre igualmente del sentimiento de comunión y del entusiasmo, de la tenacidad y la capacidad de afrontar nuevos desafios, tanto propios (por ej. tasa de natalidad baja, que hace 100 años no logran reactivar) como los de verse confrontados con gigantescos problemas externos que repercuten en su vida interna, y que Alemania no podrá resolver por sí sola: como la migración y la crisis de los refugiados,  el cambio climático, las amenazas del terrorismo y el crimen organizado, entre otras cuestiones. Por su memoria histórica, no rehuyen mencionar los problemas, y menos aun intentar solucionarlos:  Los 25 años de proceso de  reunificación alemana, la convirtieron en  un punto de referencia sólido en la globalización actual. Representa un proyecto de paz  y bienestar, que tiene marcado a fuego que hay  lecciones que no deben olvidar y de las que surgen  responsabilidades a asumir. Si alguien hace algo incorrecto, se deben reconocer asumir las consecuencias, como lo vemos hoy con el escándalo de VW.

Muchos países desarrollan su sistema democrático, su Estado de Derecho, y mejoran el nivel de vida de su población, pero lo cierto es que en muchas partes del mundo también hay pobreza, subdesarrollo, Estados frágiles, injusticias, populismos viles, escasez de recursos y desastres naturales. Así como los alemanes prosperaron  en base al entendimiento y confianza,  también nosotros estamos llamados a  decir las cosas ( los problemas )por su nombre, plantear  ideas audaces, consensuar soluciones  y cooperar en conjunto para lograr su implementación

Para ello se hace necesario ir  al encuentro del otro y reforzar la interlocución. La población alemana hoy refleja  diversidad multicultural, que pareciera compleja  pero a fin de cuentas es fuente de vigor e ideas y ofrece la oportunidad de ver el mundo con otros ojos y aprehenderlo desde distintos ángulos. Intentemos algo similar: sobreponernos a las diferencias internas, mirando siempre hacia el futuro con un mismo anhelo: el de una Argentina unida y comprometida con la paz mundial.

Cerrando con el  presidente Richard von Weizsäcker: “Alli donde demócratas sucumben a la confrontación y a la lucha de votos, donde se considera  al consenso y al compromiso como signo de “ debilidad”  , es donde la democracia pierde como foco de atracción. Porque la democracia necesita fuerza, no para el conflicto, sino para el entendimiento, respeto y razonabilidad, en pos de la dignidad humana”

Un legado de fraternidad

“Un frente cerrado de nubarrones se había posicionado durante décadas ante la estrella de la unidad alemana. De repente, por un tiempo muy corto, se logró traslucir un halo de luz a través de la densidad de las nubes y dejaron vislumbrar la estrella. ¡Y nosotros nos aferramos a ella!”. Con estas palabras, el canciller Hans Dietrich Genscher resumió lo sorpresivo y veloz de los acontecimientos que llevaron a la unificación entre 1989 y 1990. En 10 meses se logro más que en 10 años.
Hace 25 años del derrumbe de un muro que dividió a una nación involuntariamente y que aisló a un ciudadano del otro.

Dicen los berlineses que aquel muro de 160 kilómetros y tres metros y medio de altura se cayó por su propio peso, por la ineptitud de los Gobiernos nacidos tras el telón de acero en la Europa del Este, por la represión de las libertades democráticas y por la sublevación lenta pero inexorable de los ciudadanos.

Fue el resultado de un movimiento multidisciplinario, que comprendía grupos grandes y pequeños, pero todos inmenso por su significado y coraje. Incluso se puede decir que se inició con los movimientos de resistencia alemana al nazismo, en los que palpitaba un profundo rechazo al totalitarismo Me viene a la memoria la Rosa Blanca: fue el más representativo entre los grupos estudiantiles y universitarios, el Grupo Schumann, el Círculo Chug Chaluzi (fundando por jóvenes judíos que logaron escapara a la deportación), la resistencia en las iglesias cristianas, donde luteranos y católicos se unieron frente al horror y a la injusticia, la Orquesta Roja y tantos otros.

Por ello esta fecha permite recordar un engranaje fundamental de la historia, que no sólo no debe desaparecer, sino nos debe motivar. Simboliza coraje, consuelo y esperanza. No solo significa la concreción de la unión de un pueblo, involuntariamente dividido, sino la recuperación de los derechos humanos. Logró demostrar que la ciudadanía puede enfrentarse a situaciones adversas defendiendo principios democráticos y existenciales, dando fin a una guerra fría y un sistema que impedía a los ciudadanos vivir libremente

Los alemanes han entendido que la reunificación implica una responsabilidad, un deber de mantenerse unidos como pueblo, y también de mantener unida y en paz a Europa y al resto del mundo. Estoy convencida, que los políticos que solo representan los intereses de su propio país no lograrán que el mismo prospere en soledad: solo en la comunión y en la interacción con el otro, está la grandeza. Debemos fortalecer la fraternidad mundial.

Por ello este festejo es también una invitación, en especial a los jóvenes, que conocen la caída del muro sólo por documentos históricos. Y una invitación personal a cada uno de los argentinos, aquellos que sentimos que nos quieren levantar un muro para separarnos unos de otros, y aislar a nuestra nación de gran parte del mundo, en especial de aquella de la que provinieron nuestras familias. Logremos deliberar acerca del futuro de nuestro país y a formar parte en su construcción. Recuperemos las convicciones de aquellos que forjaron nuestra patria, que vieron en ella un sentido democrático, republicano y federal.

Y debemos ser solidarios con Latinoamérica y con el resto del mundo, tal como lo fueran San Martin, Bolívar, y tantos otros, que no dudaron en luchar por pueblos libres y justos. Y tal como se logró derrumbar el muro de Berlín al traslucirse un halo de luz a través de la densidad de las nubes, busquemos averiguar qué nos une y la convivencia en nuestro país será más humana y al mismo tiempo más fecunda.