Nuestro país cumple 30 años de democracia pero con muchas asignaturas pendientes. No hemos sido capaces de generar políticas públicas que perduren en el tiempo. Tenemos un gran déficit, por ejemplo en las políticas sociales serias, siendo que la mejor política social es la generación de empleo. Por otro lado, ningún gobierno ha logrado tener canales estatales o medios públicos que no sean una mera herramienta gubernamental de propaganda política, sino en los que se difundan todas las voces.
Nos encontramos en un punto de inflexión en lo político. La intolerancia, la violencia y la división, así como también las denuncias por posibles hechos de corrupción, han iniciado una escalada en los últimos años que no sólo nos tiene que servir para reflexionar, sino para actuar. A una década de la llegada del modelo kirchnerista al poder, cada vez son más los casos de periodistas que sufren alguna agresión o presión por el simple hecho de pensar diferente. Asimismo, una gran cantidad de empresarios son víctimas de aprietes y medidas arbitrarias como, por ejemplo, los conocidos cepos. Los principales perjudicados, como siempre, terminan siendo los ciudadanos.