Ni Borges en su premiado “Ficciones” habría imaginado un relato similar s la realidad que estamos viviendo. Los últimos sucesos sobre el “narcogate” pueden haber generado no solo perplejidad y estupor, sino impotencia en muchos ante el abuso del poder. Parecerían dignas de novelas, que elevan a utópica el significado de la Seguridad.
Hay varios libros que hasta con títulos poéticos como “Mares de cocaína”, de Ana Lilia Pérez (una estremecedora investigación acerca del tráfico de drogas en cientos de rutas náuticas) o “Campos de amapola”, de Lolita Bosch, (a la vez poética e incisiva), describen países atrapados por el narcoterrorismo. O el libro que recientemente me fuera obsequiado, del abogado penalista argentino Marcos García: “Drogas para Nadie: Narcotráfico, crimen de lesa humanidad”, producen zozobra y no dejan lugar a dudas que nos encontramos ante crímenes perversos que atacan a la Humanidad en su conjunto
El poder que un dirigente ejerce, es de servicio; debe suscitar esperanza y vida en los ciudadanos. Si un político origina lo contrario: impotencia y desánimo, pues ha perdido su esencia de político. Por ello debemos tener una actitud creativa y motivarnos para superar el sentimiento de impotencia: sepamos cómo votar en estas elecciones. Continuar leyendo