La genial María Elena Walsh escribió alguna vez: “En el Reino del Revés, nada un pájaro y vuela un pez /(…) un ladrón es vigilante y otro es juez / y que dos y dos son tres”.
Si viviera, seguramente se le ocurriría alguna estrofa para representar lo que nos pasa con la Central Térmica de Río Turbio.
La mina de Río Turbio es la única mina de carbón operativa en nuestro país. El ritmo social y económico de la ciudad está lógicamente vinculado a lo que ocurre con la explotación de la mina.
Desde que tengo uso de razón, escucho planes para potenciarla. Siempre alguien promete hacer “algo por la localidad”. La realidad es que la mina produce poco y nada y la localidad no encuentra un sendero de desarrollo sustentable. Hoy la mina está en manos del Estado. Se echó con justa causa al concesionario anterior. Pero la producción no despega. Sólo en gastos operativos los argentinos estamos destinando en el orden de los $1.500 millones de pesos al año en la mina. Continuar leyendo