Dicen que los argentinos votan con el bolsillo. Sin embargo, los vínculos entre la economía y la política a nivel mundial indican que los gobiernos, cuando se encuentran cercanos a los comicios, intentan mantener la actividad en crecimiento o impulsarla si esta alicaída. Este es el escenario al que se enfrenta el oficialismo en los próximos tres meses.
Las cartas están jugadas. Un peso que se va devaluando a un ritmo muy lento en relación con el dólar, respecto de la devaluación de monedas con países donde hay un vínculo comercial y competencia en los mercados a su vez, como Brasil y Rusia. En el bolsillo argentino se realizaron los ajustes del impuesto a las ganancias para los trabajadores, lo que mejoró su situación y los acuerdos salariales promedio del 30 %, muy por encima de la expectativa oficial inicial del 25 %. A su vez, se espera que el aumento de la asignación universal por hijo y el incremento de las jubilaciones lleguen antes de las elecciones nacionales. El Gobierno, a su vez, equilibra el gasto del consumidor con el financiamiento al consumo con el plan Ahora 12, que tuvo un incremento interanual en el uso del dinero plástico del 45 % en el primer semestre del año. Continuar leyendo