La frase la inauguró y la hizo un apotegma el ex presidente Carlos Menem. Y la utilizó incluso, como respuesta frente una consulta periodística relacionada con la voladura de la AMIA y la relación que lo unía con Alberto Kanoore Edul, imputado inicialmente por el atentado y amigo personal. “Presidente ¿Cómo es posible que un amigo suyo este siendo investigado en la causa?”, preguntó el reportero. “Es un casualidad permanente”, explicó el riojano, una de la varias veces que utilizó la frase. La causa de la AMIA, es la casualidad permanente del gobierno de Cristina Fernández.
¿Es casual que en septiembre de 2011 el embajador argentino ante la ONU, Jorge Arguello, se mantuviese sentado escuchando el discurso de su par iraní en la Asamblea de Naciones Unidas, por primera vez desde el atentado? (era norma de cancillería que el embajador argentino ante ese organismo se levantase y se retirase al comenzar a hablar el embajador iraní, en señal de rechazo). ¿Cuánto de casualidad encierra que un año después, en la siguiente Asamblea General de la ONU de 2012, también por primera vez, la presidente Cristina Fernández no invitase a los representantes de la comunidad judía? Continuar leyendo