La muerte del fiscal Nisman amenaza con más graves vendavales políticos. De todo tipo y con varias implicancias.
Por un lado la oposición se aferra a la tesis desarrollada por la jueza Sandra Arroyo Salgado: Nisman fue asesinado. Por el otro lado el gobierno trata de defenderse de manera rotunda y agresiva.
Se inventa, con facilidad e irresponsabilidad, la ingesta excesiva de alcohol, un difamador parlamentario no tuvo vergüenza en sugerir un desenlace por homosexualidad, las autoridades publican un comunicado de toda una página en los diarios sugiriendo planteos golpistas. Toda una cadena de aseveraciones duras, pocas veces escuchadas o vistas en el país.. Se suma otra decena de excusas desde el más alto poder político (aunque manifestado de manera informal) que consiste en decir que Nismam se “suicidó” porque su acusación de un pacto secreto con Irán, cuya responsable era la Presidenta junto con el canciller, consistía en un “invento”. que el muerto no podía sostener por demasiado tiempo. Continuar leyendo