Es un fenómeno que se agudizó desde principios de año con la caída de líneas de crédito, principalmente para inversión y capital de trabajo, por el creciente riesgo de que se pongan trabas para el repago, como ocurre con el giro de dividendos a casas matrices de compañías extranjeras radicadas en el país.
De este modo, se agregó otro factor que explica la creciente sangría de las reservas en divisas del Banco Central, como claramente mostró el balance cambiario de la entidad al cierre del primer trimestre y que se estima se profundizó en el siguiente.