Con el cambio de gobierno el 10 de diciembre, pero principalmente desde “el fin del fin” del cepo cambiario, en la Argentina los agentes económicos y financieros comienzan a seguir un nuevo indicador de “confianza inverso” del humor de los mercados, tanto locales como principalmente del exterior.
En los 80 y hasta fines de los 90 el indicador inverso de confianza fue el movimiento del índice de riesgo país que describía el EMBI del banco JP Morgan, que no era otra cosa que la brecha de rendimiento de bonos de la deuda pública del gobierno argentino con un papel similar del Tesoro de los EEUU. Digo “indicador inverso” porque cuando sube refleja desconfianza, descrédito para tomar decisiones de inversión en el país, y cuando baja, todo lo contrario.
Luego, desde la salida traumática de la convertibilidad fija del peso con el dólar, esa referencia fue prácticamente reemplazada por la cotización de la divisa en el mercado libre, paralelo o ya popularizado “blue”, el cual replicaba el concepto anterior. Continuar leyendo