En el año 2012 y luego de muchas discusiones, Grecia hizo un acuerdo para conseguir alivio en su deuda. Esto implicó una serie de recortes de gastos, que, en una economía que venía en caída, no hizo más que profundizar el malestar de la población.
Los objetivos propuestos hace 3 años no se lograron. Estamos hablando entre otras cosas de lograr un superávit primario de al menos 3 % del PIB.
La economía griega continuó deteriorándose y su deuda aumentó. Este mes debe hacer frente a USD 1541 Bn con el FMI, pero lo más duro vence en julio y el acreedor es el Banco Central Europeo. Lo del FMI podría tener más margen de maniobra, pero lo del BCE es más complejo. No está claro si un país podría permanecer en la Eurozona en caso de default y tampoco tiene el BCE o el Fondo de Sustentabilidad el poder de condonar o aceptar quitas de deuda. Continuar leyendo