Por: Darío Epstein
En el año 2012 y luego de muchas discusiones, Grecia hizo un acuerdo para conseguir alivio en su deuda. Esto implicó una serie de recortes de gastos, que, en una economía que venía en caída, no hizo más que profundizar el malestar de la población.
Los objetivos propuestos hace 3 años no se lograron. Estamos hablando entre otras cosas de lograr un superávit primario de al menos 3 % del PIB.
La economía griega continuó deteriorándose y su deuda aumentó. Este mes debe hacer frente a USD 1541 Bn con el FMI, pero lo más duro vence en julio y el acreedor es el Banco Central Europeo. Lo del FMI podría tener más margen de maniobra, pero lo del BCE es más complejo. No está claro si un país podría permanecer en la Eurozona en caso de default y tampoco tiene el BCE o el Fondo de Sustentabilidad el poder de condonar o aceptar quitas de deuda.
El eje de la discusión se centra en el recorte de las pensiones. Alexis Tspiras dice que es un punto no negociable, mientras que la Troika sostiene que no hay otra forma de recortar gastos y sanear las finanzas del país. Recordemos que Grecia es la nación que más gasta en pensiones en la Eurozona con casi el 17% del PBI (datos de fin de 2012).
Es políticamente inviable para Tspiras este recorte, pero Angela Merkel y sus colegas sostienen que si no consiguen algo razonable para mostrar a sus ciudadanos, no pueden seguir arrojando plata buena sobre plata mala de los impuestos que pagan el resto de los habitantes de la Eurozona.
Se acaba el tiempo para Grecia. Ya ha sido rescatada dos veces en los últimos 4 años y necesita una vez más un pulmotor. Hoy, atraviesa un difícil escenario económico por la falta de acuerdo con sus acreedores europeos con los cuales las tensiones van en aumento. Alemania participó mucho de los últimos rescates y se hace escuchar, siendo la posición más intransigente, junto con la del FMI.
Las reiteradas negociaciones no tuvieron éxito y la acumulación de compromisos de deuda, oscurecen el panorama de Grecia dentro de la Eurozona: el denominado “Grexit” es la probabilidad de que salga expulsada de la Comunidad, con el descalabro que podría esperarse en su sistema financiero, para poder ganar competitividad y volver a crecer, volver a una moneda propia (más devaluada) y un gran recorte en el capital adeudado a sus acreedores.
La situación es crítica por su elevadísimo desempleo: en marzo de 2015 era del 25,6%. Más allá de que este año la economía estaría creciendo luego de 6 años de recesión, se encuentra sumida en la deflación: la última tasa de variación anual del IPC de mayo de 2015 es del -2,2% interanual.
El ritmo de necesidades es creciente: ya el año pasado el déficit fiscal fue de EUR 6.356 M, -3,50% del PIB. Grecia no puede darse el lujo de seguir gastando más de lo que ingresa.
Al 16/06/2015, el rendimiento del bono a 10 años era del 12,91%, una tasa prohibitiva para salir a buscar capitales en el mercado de deuda voluntaria. Sus bonos de corto plazo cotizan además a niveles de default, con una prima de riesgo de 1.211 puntos básicos (comparado con menos de 600 puntos para Argentina). Este año la bolsa cayó más del 11%: los bancos acusaron el impacto de un drenaje constante de dinero que en los últimos días asciende entre EUR 250 M y ERU 400 M diarios. Una sangría preocupante y que anticipa con mayor probabilidad un evento de tipo negativo para el país.
La deuda del sector público de Grecia al 2014 fue de EUR 317.094 M, un 177,10% del PIB y su deuda per cápita de EUR 28.867 por habitante. La deuda está principalmente contraída con el fondo de estabilización europeo (EFSF), así como el resto de gobiernos de Europa y el Banco Central Europeo.
Además del monto adeudado, existe una fuerte concentración en el corriente año 2015: unos 26 Bn. para lo que resta de este año, dinero que Grecia no tiene.
Es probable que Grecia no cumpla con algunos de los compromisos de pago para las próximas semanas, pero estimamos que existe un 50% de probabilidades de lograr un acuerdo para mantenerse en la Eurozona. La ronda de negociaciones entre los ministros de finanzas del Eurogrupo donde se debatió entre otros temas el conflicto griego, concluyó con la salida del FMI de las negociaciones debido a las grandes diferencias con Atenas respecto de cómo salvar al país de la bancarrota. ¿Cuáles son los siguientes pasos? Las conversaciones se restablecerán el 25 de junio en la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Ese es el deadline. Ver más
En nuestra opinión, la deuda griega es impagable y seguir postergando una restructuración de deuda es agrandar los problemas. Los acreedores deberán sentarse con Grecia para hablar en forma concreta sobre un plan integral que incluya reducción de la deuda y planes de inversión y, sobre esa base volver al superávit fiscal.
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