Recientemente he leído un excelente artículo de Andrés Oppenheimer donde remarca que deberíamos preocuparnos por el tema de esta nota (Free trade won’t kill U.S. Jobs – robots may). La sustitución de los hombres por máquinas y la consecuente pérdida de puestos de trabajo ante la automatización de las tareas es un viejo tema de constante opinión. Me parece importante concientizar al lector e inversor acerca de un proceso que no debería pasar desapercibido, teniendo en cuenta sus consecuencias en el desempleo estructural y en la deflación de precios generales, con su impacto sobre el crecimiento de largo plazo.
A favor de los que apoyan este proceso se encuentran los que argumentan que esa automatización eliminará puestos prescindibles pero creará otros necesarios. Lo cierto es que la pérdida de empleos no es reemplazada en la misma cuantía por la generación de nuevos empleos, por lo que el desempleo estructural debido a la automatización de los procesos productivos y en la prestación de servicios es un fenómeno que en las últimas décadas jugó un papel negativo en las economías. Continuar leyendo