En momentos de volatilidad producida por la Reserva Federal de EEUU, los inversores se tornaron más exigentes y precavidos en relación a los mercados emergentes. De estrellas a estrellados podría ser el resumen de una historia ya conocida entre los mercados emergentes de mayor crecimiento, es decir los BRICS, el anacronismo popular cuyas siglas representan al grupo de países compuestos por Brasil, Rusia, India y China.
La Reserva Federal de EEUU y otros bancos centrales actuaron en forma contracíclica y expansiva: baja de tasas y emisión. Eso permitió la masiva entrada de capitales a emergentes en busca de retornos más atractivos y crecimiento. Produjo una estampida de precios de activos de riesgo. Sus monedas se apreciaron: el PBI per cápita en dólares y su riqueza aumentaron, pero restándole competitividad. Lucharon contra la apreciación de sus monedas comprando dólares y vendiendo sus monedas domésticas. Se incrementó así la oferta monetaria y agregó más liquidez al crédito interno fomentando la demanda agregada. La consecuencia directa fue que el sector externo se tornó vulnerable por incremento de las importaciones y el creciente déficit de cuenta corriente.