Hace bastante tiempo que se habla de la posible salida de Grecia de la Eurozona (Grexit) y de sus eventuales consecuencias. Sin embargo, en esta oportunidad nos encontramos con 2 nuevos factores:
1) Hay un nuevo Gobierno democrático, con una plataforma concreta contra los planes de austeridad impuestos por la Troika para conceder asistencia financiera. Queda claro que el auxilio financiero a cambio de ajustes económicos no le ha permitido a Grecia volver a crecer. De hecho lo único que ha crecido es la deuda externa.
2) Nunca las posiciones de las partes involucradas estuvieron tan distantes. Tanto Yanis Varoufakis, Ministro de Finanzas Griego, como Wolfang Schaeuble, su contraparte Alemana, se mantienen intransigentes en sus posiciones. Los Griegos quieren rever los compromisos asumidos en el último salvataje financiero, mientras que los alemanes quieren que cumplan las condiciones comprometidas.
Los mercados, a esta altura, están premiando el diálogo. Mientras exista comunicación, no habrá impactos fuertes en los precios de las acciones y títulos de deuda (ex Grecia).
Sin embargo estos días serán fundamentales: para fines de febrero debería haberse logrado por lo menos una hoja de ruta sobre los próximos pasos y la discusión debería haber finalizado con un acuerdo final no más tarde de mayo, ya que a partir de allí hay importantes vencimientos de deuda.
El nuevo Gobierno heleno quiere un préstamo puente para poder organizar sus finanzas sin comprometerse en ningún aspecto y poder reorganizar su deuda. Este planteo ha tenido un frío recibimiento por parte de las autoridades de la Eurozona que no están dispuestas a poner plata buena sobre plata mala.
Fuera de la Eurozona, Estados Unidos ha expresado a Europa la conveniencia de llegar a un acuerdo razonable para afianzar la Comunidad Europea, mientras que Rusia se mantiene ajena, concentrada en sus propios problemas.
¿Y China? ¿Podría ser una opción para Grecia? Si saliera Grecia de la Eurozona, el Euro se debilitaría inicialmente, pero en un mediano plazo se fortalecería. ¿Qué le convendría al gigante asiático? ¿Podría la salida de Grecia disparar la desintegración de la Eurozona y dejar a China como el único contendiente (por tamaño económico) de EEUU?
Esta semana, en un almuerzo, un empresario europeo me dio su punto de vista: “La salida de Grecia de la Eurozona no será un triunfo de Grecia sino la derrota política del proyecto del mercado común. Y desde esa perspectiva no creo viable su salida”.
Lo sabremos en poco tiempo.