Recientemente, el Senado de la Nación dio media sanción al proyecto denominado “ley antidespido”, que ahora deberá tratarse en la Cámara de Diputados para transformarlo de esta forma en ley.
Tal situación, más allá de toda discusión sobre los efectos, nos lleva a reflexionar, en primer término, que nuestros legisladores muchas veces creen que por una ley se solucionan nuestros males. El pensamiento mágico ha sido, y es, un estilo de gobierno alentado por distintos líderes populistas a lo largo de nuestra historia y, lamentablemente, se ha convertido en una de las características de la idiosincrasia de amplios sectores del pueblo argentino.
En tal sentido, se hace fundamental un análisis de proporcionalidad de la medida adoptada por el arco opositor; así, se debe configurar si el medio elegido por el legislador es el adecuado para alcanzar el fin pretendido, es decir, si la ley es adecuada y por medio de esta se alcanzará el fin deseado, que es la suspensión de despidos, o si sólo se convierte en una medida demagógica que entraña consecuencias contrarias al fin supuestamente perseguido. Continuar leyendo