Existen ciertos volcanes que parecen estar apagados hasta que la combinación de movimientos de placas y la elevación de la temperatura del magma terrestre producen la erupción de lava y fuego, furia de la naturaleza. La erupción condensa condiciones existentes anteriores, pero cristalizadas por una serie de factores combinados en el mismo lugar y en el mismo tiempo —y que producen un nuevo estado para ese volcán.
Algo similar podría decirse sobre la izquierda argentina, embarcada en un debate nodal respecto a qué posicionamiento tener frente al Gobierno de Mauricio Macri, que, en realidad, revela tendencias latentes de características históricas en este sector político, como el adaptacionismo y la sumisión a las presiones del nacionalismo burgués o diversas tendencias de la pequeña burguesía. Los debates en la izquierda tienen una importancia radical, ya que de ellos depende una acción política concreta que marcará sus posibilidades de desarrollo —o no— en el próximo período. Sobre todo en un momento en el que la izquierda influye políticamente a significativas capas de trabajadores que decidirán su participación independiente —o no— en la crisis, en medio de la paz social garantizada por las direcciones sindicales, en gran parte kirchneristas. Continuar leyendo