Muchas veces las raíces de los problemas se encuentran en lugares intuitivamente lejanos. Esto hace que cueste más encontrar las soluciones e incluso que muchas veces se adopten medidas equivocadas que agravan la situación. Intentaré demostrar cómo ocurre esto con la relación entre la falta de demanda laboral y la problemática de la violencia de género.
Es necesario comprender, antes que nada, la raíz de esta violencia. Los estudios internacionales sobre la cuestión atribuyen una de las principales causas a la desvalorización de la mujer, cuyo rol queda desdibujado en el seno familiar. Es que la mujer, tradicionalmente, ha sido vinculada a una atención más constante de los hijos, lo que genera que muchas veces dependa económicamente del marido. Estos mismos estudios demuestran que cuando la mujer tiene una función extrafamiliar, como por ejemplo un trabajo, lo que le permite tener sustento económico propio, aumenta su autoestima y su valoración. Gracias a ello, disminuye enormemente la posibilidad de que exista violencia de género. Continuar leyendo