Bajo los ruidos en lo económico propios del debate precomicial extendido en curso, con definiciones que van y vienen de un lado a otro, en general dotadas de alcance superficial, subyace el verdadero y profundo quid de la marcha actual de la economía y de su futuro. Para caracterizarlo, es útil parafrasear la famosa frase de campaña de Bill Clinton, y decir: “¡Son la macroeconomía y los dólares, estúpido…!”.
La macro no es toda la economía, pero sí es su eje; y la disponibilidad de dólares –de cara a la marcha económica- es un frente clave de aquélla. Gravita la crucial categoría de la restricción externa o falta relativa de divisas. Ella siempre amenaza. En ocasiones, luce superada; en otras, como ahora, se manifiesta y aprieta. Aquella restricción es un tópico de cantidad (de dólares), y de calidad (estructura productiva y de empleo). Nuestra historia económica es captable desde su visual. Los últimos 25 años, y los por venir, no son una excepción. Continuar leyendo