Es tiempo de un balance inevitable en estos días de aniversario del regreso de la democracia. El recuerdo de aquellos días gloriosos de octubre del ’83 está vivo. En mi caso tenía 24 años, ya afiliado a la UCR, que era el partido que más representaba, en la figura de Alfonsín, la aspiración de superar largos años de involución institucional. La campaña de Alfonsín fue electrizante: Ferro, Avellaneda, Luna Park y 9 de Julio. El preámbulo que él recitaba al final de los actos nos hizo vibrar y alentar tantas ilusiones. Hagamos un repaso a toda velocidad de estas tres décadas. Los ’80, con muchos logros en el plano de los derechos humanos y desaciertos crecientes en economía.