Nuestra querida Argentina viene teniendo una interpretación muy particular sobre su desarrollo económico, principalmente durante los últimos años.
Los datos duros muestran que hemos tenido tasas de crecimiento de PBI considerables. El nivel de empleo ha venido siendo alto durante la mayor parte de ese tiempo. Y se ha consolidado el mayor período institucional ininterrumpido en cien años.
El Gobierno nacional relata en forma permanente las bondades de un modelo establecido para sentar las bases de “la mejor Argentina de la historia”. El problema es que lo hace omitiendo una importante cantidad y calidad de elementos de análisis que, como votantes, deberíamos saber. Continuar leyendo