Desde hace más de 14 años los venezolanos padecemos el desmantelamiento del país, su saqueo, su reparto entre los pillos que integran los Carteles de La Habana, Buenos Aíres, Minsk, Moscú, Teherán, Běijīng, Río de Janeiro y con los rateros del CARICOM, ALBA y otras bandas menores…
Una inversión millonaria planificada por los Castro puso énfasis en construirle al golpista vivaracho una imagen de benefactor de los pobres, de paladín de la América, de Terminator del cruel Imperio, y con esa imagen pudo convertirnos Venezuela en un lupanar de mala muerte. Una tierra donde la gran cosecha es la de muertos sembrados por el hampa, brazo armado y ejecutor de lo que en la Cuba castrista se logró con los Paredones, las Brigadas de Acción Rápida y todos los detallitos que inventó y cuida el siniestro G2.
“¡Con hambre y sin empleo yo con Chávez me resteo!”, fue una consigna vernácula quizá inspirada en aquella añosa cancioncita donde una de sus estrofas vitoreaba a los paupérrimos, a los que son presa fácil para insertarles el odio y el resentimiento y al son de ¡Arriba parias de la tierra, en pie famélica nación! Les convirtieron en siervos de una nomenklatura perversa, ladronisima, hipócrita, que por más de 70 años les inyectó el miedo, los antivalores, y los convirtió en borregos incapaces de liberarse. De esos esbirros y de esos “Siervos nuevos” emergen los corrompidos rusos de hoy, los buchones ricachos chinos, mafias pavorosas que grafican la mentira y amoralidad de ese comunismo generador de 100 millones de muertos y sopotocientos millones de desesperados.
14 años que no podemos borrar –como pretenden algunos torpes o cómplices- porque el primer choro es Chávez, el primer traidor es Chávez, el primer mentiroso es Chávez. Maduro y el resto de la familia coloradita son simples engendros del maridaje de los tiranos Castro con el que impuso la coba que aseguraba que era el Bolívar redimido y por tanto Venezuela le pertenecía y podía repartírsela como se hace con todo botín en las entregas de cuenta de los pillos.
En esos 14 años a Venezuela le ha entrado el mayor caudal de dinero que reporta su historia republicana, y también, en el mismo tiempo, se ha organizado la más corrupta, ávida y traidora patota que desde el Poder se ha encargado de cartelizarse y con las manoseadas consignas comunistas y dólares al granel han destruido no sólo la economía venezolana, también el tejido social, los valores morales, la justicia, el Estado todo, convirtiéndonos en provincia de una paupérrima isla donde dos trúhanes y sus cómplices tienen más de 54 años moliendo cubanos en el trapiche de la Robolución.
Pero esto es largo de contar y demasiadas cuartillas son un fardo incómodo para ustedes mis lectores, por tanto de esos 14 años salto a los 4 meses del “Camarada” Maduro, “Monumentote” a la ignorancia, al entreguismo, a la indignidad y sobre todo a la amoralidad. Maduro condenando a morir de hambre y mengua a millones de venezolanos que tienen casi tres lustros esperando algo más que una tomada en cuenta a la hora de las manipulaciones y las burlas… Algo tangible, que dignifique y no que damnifique. Maduro, manumiso de los carcamales Castro, limpiándose con la Constitución, con la voluntad popular. Maduro nuevo testaferro de Fidel y Raúl en esta mina a la que llegaron sin disparar un tiro…
Y hace dos noches, Jaua, otro tercio que en Robolución es canciller, agitador, encapuchao, contrincante eterno de Henrique Capriles en el estado Miranda y por supuesto miembro activo de la banda, uno al que bien podemos calificar de megachoro –porque tomar el dinero del pueblo venezolano para regalar y comprase adeptos es ROBO- anunció al reunirse con un palestino en funciones de canciller, que “estamos dando cumplimiento a las palabras del presidente Hugo Chávez al jefe del Estado Palestino”.
Elías Jaua, otro canalla más que cacarea una fulana “solidaridad con los pueblos que luchan por la independencia” mientras que ellos patearon la nuestra, patearon nuestra soberanía, nuestra dignidad… Elías Jaua y por supuesto Maduro diciendo que “como nos lo enseñó el Libertador Simón Bolívar y nuestro comandante Chávez” le van a construir un hospital a los habitantes de Ramallah (Palestina) para lo que ya “aprobó” los recursos…
Maduro, Jaua, Diosdado, tres de muchos que siguen lo que ya el “Gigante” comenzó: comprarse adeptos en el mundo, cerrar alianzas con lo peor del planeta, financiar terroristas, mantener chulos, y por supuesto en el reparto, quedarse jugosas tajadas…
Millones de venezolanos padecen el espanto de la medicina pública. Los médicos venezolanos y los centros de salud privada están acosados por la barbarie castrochavista, pero con el dinero de este pueblo manso Nicolás Maduro aprueba los recursos para la construcción de un centro oftalmológico en la ciudad de Ramallah. Y ¿por qué tan lejos…? ¿Será que no le interesa que este engañado pueblo sane su ceguera? ¿Será que está seguro que ojos que no ven, corazón y cuero que no sienten?
Y tanto que no ven, que no les enervan esos 200.982.682 BsF que le regalamos a Cuba por medicamentos vencidos, ni dicen nada por qué tanto Chávez y ahora Maduro financien hospitales en otros países, mientras que aquí hay casi 600 obras inconclusas en los hospitales.
Rafael Ramírez, el capo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), compra gasolina en el exterior para suplir la necesidad interna y por supuesto los regalos de combustible pautados con otros países que nos chulean parejo. Frente a esto Maduro -según Jaua- trabaja para lograr un contrato de “abastecimiento de diesel al pueblo palestino”, además de “brindar al personal de ese país la asesoría técnica y capacitación necesaria para el manejo de combustible”, que posiblemente servirá para explosiones terroristas…
¡Uh Ah! Harta tanta asquerosidad
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