En la región, la arquitectura de la integración presenta una alta densidad institucional, tras más de cincuenta años de esfuerzos. No obstante, debido a que existen numerosas agrupaciones con objetivos diversos, aún persiste la debilidad en la definición de sus esferas de acción y los cambios en el espacio económico mundial de las últimas décadas. Para sortear esta debilidad, no sólo es necesaria la convergencia entre los distintos esquemas de integración, sino también es urgente.
En el nuevo escenario mundial, el fortalecimiento de la integración de América Latina dotaría de mayor peso global a la región, por lo que la convergencia entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Alianza del Pacífico constituiría una oportunidad histórica de avanzar en un esquema de integración.
Este acercamiento permitiría a ambos bloques diversificar la estructura productiva y exportadora de la región, en un contexto de fuertes cambios en el esquema económico internacional: el dinamismo económico se ha trasladado de los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) a la región Asia-Pacífico. Esto implica que la articulación entre espacios comenzaría desde el punto de vista económico, en el que la región cuenta con numerosas fortalezas y tiene algunas dificultades por superar; en el largo plazo, debería trabajarse en consensos de base a nivel político, lo que permitiría que cada país conserve su soberanía. Continuar leyendo