Durante las últimas décadas, China se ha convertido en un factor clave para comprender tanto la evolución como las perspectivas del proceso de globalización. El ingreso del gigante asiático a la economía mundial ha modificado aceleradamente el mapa global.
Si bien la economía china ha registrado una de las tasas de crecimiento más altas del mundo desde 1980 (en torno al 10% anual), a partir de 2012 comenzó a desacelerarse para cerrar 2014 con una expansión del 7,4% y se estima que este año crezca un 7%, debido al menor dinamismo de la inversión y las exportaciones.
No obstante, a pesar del crecimiento más moderado, es indiscutible que continúa siendo la economía más pujante del mundo, y de ahí la importancia de la relación de nuestro país con el gigante asiático. Continuar leyendo