La balanza comercial argentina “cerró” 2014 con un superávit de USD 6.686 millones, un 16,4% debajo respecto al año anterior y el resultado más bajo desde 2001, previo a la salida de la Convertibilidad, año que finalizó con un resultado de USD 6.223 millones.
Las exportaciones totales alcanzaron los USD 71.935 millones, un 12% por debajo de 2013; mientras que las importaciones totalizaron los USD 65.249 millones, presentando una caída del 11% interanual.
Desde el punto de vista de las importaciones, las restricciones para el pago o la autorizaron de las compras al exterior frenaron fuertemente el ingreso de bienes. Asimismo, el menor nivel de actividad también influyó en la reducción de la demanda de productos del resto del mundo.
Desglosando la caída de las importaciones, se observa que la mayor contracción se observa en vehículos automotores de pasajeros, los cuales se contrajeron un 49% respecto a 2013 -explicado por la aplicación del impuesto para los automóviles de gama media y alta – y piezas y accesorios para bienes de capital, que descendieron un 22%. Asimismo, los bienes de consumo cayeron un 10% y los intermedio un 4%, al igual que los combustibles y lubricantes.
En tanto, examinando las exportaciones, los cupos establecidos para vender al exterior y – sobre todo – la pérdida de competitividad, afectaron las colocaciones de productos nacionales en el resto del mundo.
La contracción de las ventas al exterior se explicó por las menores exportaciones de productos primarios, los cuales descendieron un 20% debido a una menor disminución del 35% en la venta de cereales y del 10% en semillas y frutos oleaginosos. En tanto, combustibles y energía se contrajo un 18%, manufacturas de origen industrial un 15% y manufacturas de origen agropecuario un 3%.
Analizando en detalle los puntos mencionados previamente, se observa que el avance de la inflación continúa afectando el poder de compra de nuestro tipo de cambio “anclado” como instrumento de política antiinflacionaria, erosionando mes a mes la competitividad.
El tipo de cambio real multilateral finalizó 2014 en 1,39 $/USD, mientras que el poder de compra respecto a la divisa norteamericana “cerró” por debajo de la época de Convertibilidad: 0,99 $/USD. Por esta razón, las ventas al exterior descienden de manera continua, y se estima que durante 2015 se mantendrá esta tendencia.
Asimismo, el fortalecimiento del dólar y el menor dinamismo de la economía china seguirán presionando sobre los precios de las materias primas a la baja: la menor demanda de soja por parte del gigante asiático a precios inferiores podría dificultar aún más el complicado panorama cambiario.
No obstante, a pesar de lo sombrío del escenario, la caída del precio del petróleo podría “dar un poco de aire” a la creciente demanda de divisas por parte del sector. Asimismo, el menor nivel de actividad genera menor presión sobre el consumo de bienes importados.
En este escenario, habrá que esperar unos meses para conocer las políticas expansivas que llevará a cabo el Ejecutivo en un año de elecciones. Es probable que este año no sea tan restrictivo con los aumentos salariales, los cuales generarían una suba del consumo, principal estandarte del modelo económico kirchnerista.
Estos aumentos junto a la expansión fiscal y monetaria serían positivos para el consumo, y por lo tanto, también sobre la demanda de importaciones y el nivel de precios, profundizando aún más el deterioro de la competitividad y la caída de las exportaciones.
De esta forma, el sector externo podría volver a enfrentarse a la escasez de divisas del año pasado, la cual durante los últimos meses ha sido sorteada mediante ingresos no permanentes, de tipo heterodoxos. No obstante, para evitar este problema y eliminar la incertidumbre es necesario que la economía recupere su competitividad y pueda generar superávit genuino de divisas.