Esta semana hemos sido testigos de movimientos bruscos en el tipo de cambio, algo a lo que no estábamos acostumbrados desde hace años, debido a la administración cambiaria llevada a cabo por la gestión kirchnerista.
Lo remarcable del hecho es que demuestra que la autoridad monetaria ha dejado de estar excesivamente preocupada por la cotización de la divisa norteamericana (es más, desde la liberalización del cepo cambiario no ha intervenido en el mercado de divisas). La ha dejado flotar en una banda amplia, recuperando su herramienta de política económica, la monetaria, con el objetivo de utilizarla para reducir la inflación.
Si bien la inflación es multicausal, la creciente (y desmedida) emisión monetaria de los últimos años para financiar el déficit fiscal ha presionado sobre el nivel general de precios de la economía, problema que desde el primer día de su gestión Federico Sturzenegger ha decidido atacar. Continuar leyendo