Quién está con quién en el nuevo tablero de Medio Oriente

Nunca me voy a cansar de repetir que en Medio Oriente nada es lo que parece. El enfrentamiento entre Irán y Arabia Saudita es sólo la pieza final de una situación geopolítica muy compleja que ve una realineación general de alianzas políticas y militares en la región.

Para tratar de comprender la complejidad geopolítica de Medio Oriente debemos empezar por lo básico, es decir, las piezas en el terreno. Voy a tratar de ser lo más conciso y claro que me sea posible (sin entrar demasiado en detalles de cada una de ellas).

Las piezas que se despliegan son básicamente tres y el tablero está casi exclusivamente entre Siria e Irak. El primer bloque está compuesto por las fuerzas sunitas representadas sobre todo por Arabia Saudita, Turquía y Qatar, con la incorporación de otros países del Golfo. El segundo bloque es el chiíta, comandado por Irán, Hezbollah y la yihad islámica. El tercer bloque es el Estado Islámico, Daesh, que podría insertarse tranquilamente en el bloque sunita si no fuese porque oficialmente el bloque sunita dice que quiere combatir el Califato.

Entre estos tres bloques se mueven también los otros componentes importantes de Medio Oriente, Israel, Egipto y Jordania, que hasta ahora nunca han tomado una posición de apoyo en favor de sunitas o chiítas, sólo se han pronunciado contra el Estado Islámico como esquema. Otros componentes son las decenas de grupos terroristas que adhieren a los sunitas, a los chiítas o a Daesh. Hamas y otros grupos palestinos, por tradición, mantienen los huevos en las tres canastas, ya que el financiamiento llegará de alguna de ellas. Continuar leyendo

¿A quién va a representar Abbas cuando vaya a rezar con el Papa?

Mientras en el mundo todos comentan la foto del Papa con el Rabino y el Imán en el Muro de los Lamentos, las diferentes fracciones palestinas se mueven. Parece que los repetidos encuentros entre la Autoridad Nacional Palestina y Hamas han dado lugar a un acuerdo sobre el gobierno, que, si se mantiene, debería ser presentado en estos días. Va a ser exhibido como un gobierno de unidad nacional reconocido por ambas partes, un Ejecutivo técnico con los mismos actuales Primer Ministro, Ministro de Relaciones Exteriores y de Finanzas (óptimo  para tranquilizar a los donantes internacionales) y con la continuación de la presidencia de Abbas, que es lo que más importa, visto el carácter dictatorial del actual régimen de la Autoridad Nacional Palestina, cuyo Parlamento ha expirado hace cuatro años y no se reúne desde hace seis.
Así que en esencia, además de la inserción de algún técnico, Hamas se compromete a ser representado por un gobierno muy similar al actual, y no tendrá ninguna dificultad en decir que acepta los tratados de Oslo, las negociaciones y el diálogo con Israel. Hamas también va a  conservar su autonomía y  mantendrá el control de sus tropas incluso después de las elecciones, que tendrán lugar como mínimo en seis meses. Es fácil imaginar que el nuevo gobierno no va a tener ningún tipo de influencia sobre el poderío de Hamas en Gaza.
Básicamente, el resultado es una situación en la que se presenta en el plano diplomático un gobierno unificado que respeta las condiciones internacionales, pero en la práctica uno de sus componentes sigue la línea del terrorismo sin problemas. Es muy parecido a la solución del Líbano, porque se parece a lo que ocurre entre el Gobierno del Líbano y Hezbollah. Veremos si aguanta, si las ambiciones de los clanes y las mafias no rompen este equilibrio puramente formal.
Vale destacar que visto que la Autoridad Nacional Palestina ha firmado tratados de Justicia Internacional, como las leyes de la guerra, etc., tener un socio activamente terrorista que ya oficialmente no sería considerado terrorista y el cual apoya oficialmente al nuevo gobierno puede ser una fuente de problemas graves, dado que existe una responsabilidad objetiva de cada Estado sobre los crímenes de guerra cometidos en el territorio bajo su control, y no hay duda de que el lanzamiento indiscriminado de cohetes a Israel contra objetivos civiles en es un crimen de guerra, como lo es organizar el secuestro de ciudadanos de otros Estados y muchas de las prácticas que Hamas utiliza. En este punto vamos a ver cómo van las cosas. Un dato sin embargo es claro: Hamas entra en el gobierno sin renunciar al terrorismo, y esto hará imposible la reanudación de las conversaciones que Kerry ha prometido.
Resumiendo, en un futuro próximo vamos a tener una situación más grave de la confrontación entre Israel y los palestinos, al menos en el plano político. Podemos imaginar momentos de tensión, iniciativas clamorosas y llamadas al boicot. Más allá de la buena voluntad y rezar juntos, ¿cual será el impacto sobre el terreno, en particular el territorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina, donde ahora hay una clase media mucho más interesada en hacer su trabajo y vivir mejor en lugar de hacer la guerrilla como pretende Hamas? Seguramente será un tema decisivo que Abbas tendrá que explicarle al Papa cuando vaya a rezar al Vaticano por la paz.

Irán intenta armar a Hezbollah a través de Siria

Según fuentes no oficiales, en la última semana de febrero presuntamente fue Israel quien atacó bases de Hezbollah en la frontera entre Siria y Líbano. La hipótesis más acreditada es que el objetivo fuese un convoy de camiones que transportaba misiles scud desde Siria hacia el Líbano. Los misiles en cuestión eran misiles de largo alcance, de precisión con cabezales muy grandes. Esta operación confirmaría lo que Israel viene declarando hace mucho tiempo, es decir, que no permitirá a las organizaciones terroristas en el Líbano tener armas de destrucción masiva o armas estratégicas que podrían alterar el equilibrio en la región.

El portavoz de Hezbollah confirmó que el ataque fue dentro de Siria, lo que podría ser tanto verdadero como falso ya que, si el ataque hubiese sido fuera del Líbano, la agrupación radical tendría menos responsabilidad en responder. Hezbollah, que declara ser una organización que defiende al Líbano de los ataques sionistas, hubiese tenido que responder si confirmaban que el ataque fue en territorio libanés. Hezbollah tiene otra razón para decir que el ataque fue en territorio sirio: obligar a Siria a responder a la agresión (recordemos que en los casos precedentes Bashar Al Assad se ha limitado a declarar simplemente que Siria responderá en tiempo útil y lugar apropiado).

En estos momentos el ejército sirio se encuentra luchando por su supervivencia y no tiene ninguna intención de entrar en un conflicto con Israel en un momento tan decisivo. ¿Pero cuál fue el objetivo del presunto ataque? Sin ningún lugar a dudas fue el contrabando de armas. El contrabando de armas estratégicas hacia el Líbano depende de dos factores: el primero está relacionado a Irán, Arabia Saudita e Israel. El segundo, a Al Qaeda y las organizaciones jihadistas salafistas, todos ellos actores principales del escenario que Hezbollah está preparando en la región según interpretaciones de Teherán.

Los iraníes están convencidos que Israel y Arabia Saudita preparan un ataque a sus instalaciones nucleares en el momento que las sanciones serán más leves, cuando el régimen teocrático se sienta cómodo y tranquilo para poder llevar a conclusión su proyecto nuclear militar. Según la interpretación iraní, Israel y Arabia Saudita sintiéndose traicionados por los Estados Unidos y por Europa, estarían preparando un ataque contra la República islámica de Irán. Uno de los medios para disuadir a Israel y Arabia Saudita de este ataque, y atacarlos si es necesario, es transferir misiles de largo alcance a las bases de Hezbolla, quien los apuntaría primero y principal contra Arabia Saudita y después contra Israel.

En los últimos tres años de guerra civil en Siria, Irán se dio cuenta que el enemigo principal no es Israel sino Arabia Saudita, es por eso que Hezbollah necesita nuevos misiles de mayor alcance que los 10,000 que ya dispone.

Otro motivo por el cual se están transfiriendo misiles de Siria al Líbano es impedir que, en caso que cayera el régimen de Assad, los misiles terminen en manos de organizaciones jihadistas salafistas sunitas como Al Qaeda. En caso que esto suceda, estas organizaciones podrían utilizar los misiles de largo alcance contra Hezbollah en el Líbano o contra sus aliados en Irak -y quizás contra el propio Irán- para proteger a sus propios aliados, es decir Hezbollah. Irán está intentando transferir estos misiles de largo alcance al territorio libanés.

Es importante señalar que en Siria existen todavía cantidades enormes de armas químicas que Hezbollah podría transferir al Líbano. Ni Estados Unidos ni Rusia ni la comunidad Europea ni Israel han sido capaces hasta este momento de bloquear herméticamente el traslado de estas armas hacia el Líbano. Arabia Saudita, quien está interesada que el conflicto en Siria continúe, provee a los jihadistas misiles anti aéreos para que puedan combatir en forma eficaz a los helicópteros de Assad que son utilizados para lanzar las terribles bomba-barriles sobre la población.

Rusia tiene una gran preocupación sobre lo que sucede en Siria y sobre los movimientos de Hezbollah, pero la crisis de Ucrania lo tiene aún más preocupado.  Turquía tiene un gran interés en la guerra siria pero no puede jugar un rol importante ya que la crisis interna que sufre el gobierno de Erdogan no le da cabida en esta batalla. Por eso es que Jordania se está convirtiendo en la principal base contra el régimen de Siria.

Un ataque perpetrado por Siria con el consentimiento de Irán a través de Hezbollah contra Jordania o alguno de sus intereses en el exterior no es una idea que se puede excluir. Irán ya utilizó esta metodología cuando perpetró los atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y contra la sede de la AMIA en 1994. La famosa pista siria no es más que un pasillo que lleva directamente a Teherán. Los líderes de Irán y del Hezbollah conocen perfectamente el territorio sirio. Se están preparando para la próxima fase de la batalla, es decir, una guerra regional entre las coaliciones (Israel,Arabia Saudita, Jordania y Qatar de un lado e Irán y sus satélites Siria y Hezbolla del otro). El presunto ataque israelí tenía como objetivo asegurar una posición más fuerte en vista de un futuro posible escenario bélico.

Dentro del Líbano, Hezbollah  tiene que enfrentarse a un problema serio y grave que está surgiendo en estos días. Los grupos terroristas jihadistas salafistas quieren propagar dentro del Líbano una guerra fotocopia a la que está sucediendo ahora en Siria. El día que en Siria los combates cesen, sea por la victoria del régimen de Assad o por su caída, seguramente comenzarán combates internos en el Líbano, ya sea para vengar la victoria de Hezbollah y Assad o para festejar la victoria sobre Assad, Nasrallah y Jameini.