La falsa “moderación” del gobierno iraní

Con solo sacar la cabeza fuera de los medios de comunicación oficiales y seguir las noticias de Irán, llama particularmente la atención la práctica horrible e implacable de la pena de muerte.

Hace apenas unos días, el 1 de junio, el régimen inhumano de los mulás ha ahorcado a Gholamreza Khosravi, de tan solo cuarenta y nueve años, con la acusación de ser simpatizante de los muyahidin. El poder judicial de la teocracia gobernante iraní condenó al acusado de haber hecho la guerra a Dios a través del apoyo activo de los objetivos de los Muyahidines del Pueblo por haber enviado su información a los medios de comunicación, financiado y organizado a sus simpatizantes.

La furia de los que tienen simpatía por un movimiento político que quiere poner en tela de juicio el principio de poder religioso y el fundamentalismo islámico es evidente para todos. O por lo menos eso creo. Los disidentes son ahorcados en Irán acusados ​​de moharebeh, lo que significa estar en guerra contra Dios, aunque es evidente la guerra del régimen contra sus propios ciudadanos. Gholamreza había participado cuando era un muchacho en la poderosa revolución anti-monárquica del 79, que deseaba cumplir los sueños de libertad y democracia en Irán. A los dieciséis años fue encarcelado bajo la acusación de ser simpatizante de los muyahidin.

Por suerte salió con vida de la prisión -en la que sufrió las torturas más atroces-, mientras que decenas de miles de niños compañeros suyos fueron fusilados. Cientos de miles de otros chicos aún más jóvenes eran usados para pasar a través de los campos de minas para limpiar y abrir una ruta segura a las tropas del régimen teocrático para la conquista de Karbala, una ciudad santa para los musulmanes chiítas.

Tuvo suerte, pero hasta un cierto punto. Cuando lo liberaron de la prisión en 1986 y participó en el concurso para asistir a la universidad, a Gholamreza se lo impidieron a causa de sus opiniones políticas. Le pidieron que se dé de alta en los servicios de la Guardia Revolucionaria, que ya tenía copada las diferentes universidades, para tener acceso a los estudios. Gholamreza no aceptó. Después de años de duro trabajo se convirtió en un soldador calificado.

En el invierno de 2007 fue detenido de nuevo en su lugar de trabajo y condenado a seis años más. Esta vez los cargos fueron por dar aportes en efectivo a los Muyahidines del Pueblo. Pasó varios meses en aislamiento y en el otoño de 2010 fue trasladado a la conocida prisión de Evin, en Teherán. También en este caso, pasó 9 meses en aislamiento, acusado de moharebeh.

La culpa de estar en guerra contra Dios en la República Islámica de Irán es castigada con la pena de muerte. Al preso político Gholamreza, los torturadores del régimen le ofrecieron a este punto el salvoconducto habitual, o sea arrepentirse y estar en el show televisivo de mentiras contra los Muyahidines del Pueblo. Él volvió a rechazar la oferta. El 17 de abril de este año, cientos de agentes del régimen lanzaron un ataque violento en la sección 350 de la prisión de Evin, donde se encontraron con una fuerte resistencia por parte de todos los presos políticos, entre ellos Gholamreza, que mostró una voluntad de acero frente a la arrogancia sin precedentes de las fuerzas de seguridad.

Gravemente herido y tirado en el confinamiento solitario de nuevo, Gholamreza  fue amenazado el mismo día con la horca por el general Reza Saraj de los Pasdaran. Los hombres del régimen teocrático de Irán, sin importar a la facción que pertenecen, sobre ciertos temas siempre están de acuerdo. Gholamreza fue asesinado el 1 de junio. Los autores del hecho han dado información falsa a los familiares que pidieron saber sobre su destino y hasta los amenazaron si lloraban a su ser querido.

Gholamreza fue enterrado en la medianoche de ese mismo día en un cementerio de Isfahan, a 440 km de Teherán. Desde que asumió Rohani, el presidente “moderado” de los mulás de Irán, mando a ahorcar al menos 700 personas. En el segundo mes del mes iraní de Ordibehesht (abril 21-mayo 21) fueron ahorcadas 102 personas. La máquina de muerte en Irán no se detiene. Las vacilantes conversaciones nucleares siembran la discordia entre las facciones del régimen que se descarga con la represión de los ciudadanos.

Es una guerra despiadada del régimen iraní, que ha ensangrentado a Irán, Irak y Siria. Y no sólo eso: Occidente parece ser la Bella Durmiente. Mientras escribo esto, he recibido la terrible noticia que ocho presos políticos, compañeros Gholamreza en la misma sección 350 de la prisión de Evin, han sido trasladados a la prisión Ghohar-dasht donde Gholamreza fue ahorcado. ¿Cuándo va a terminar el dolor de este antiguo pueblo?

Irán intenta armar a Hezbollah a través de Siria

Según fuentes no oficiales, en la última semana de febrero presuntamente fue Israel quien atacó bases de Hezbollah en la frontera entre Siria y Líbano. La hipótesis más acreditada es que el objetivo fuese un convoy de camiones que transportaba misiles scud desde Siria hacia el Líbano. Los misiles en cuestión eran misiles de largo alcance, de precisión con cabezales muy grandes. Esta operación confirmaría lo que Israel viene declarando hace mucho tiempo, es decir, que no permitirá a las organizaciones terroristas en el Líbano tener armas de destrucción masiva o armas estratégicas que podrían alterar el equilibrio en la región.

El portavoz de Hezbollah confirmó que el ataque fue dentro de Siria, lo que podría ser tanto verdadero como falso ya que, si el ataque hubiese sido fuera del Líbano, la agrupación radical tendría menos responsabilidad en responder. Hezbollah, que declara ser una organización que defiende al Líbano de los ataques sionistas, hubiese tenido que responder si confirmaban que el ataque fue en territorio libanés. Hezbollah tiene otra razón para decir que el ataque fue en territorio sirio: obligar a Siria a responder a la agresión (recordemos que en los casos precedentes Bashar Al Assad se ha limitado a declarar simplemente que Siria responderá en tiempo útil y lugar apropiado).

En estos momentos el ejército sirio se encuentra luchando por su supervivencia y no tiene ninguna intención de entrar en un conflicto con Israel en un momento tan decisivo. ¿Pero cuál fue el objetivo del presunto ataque? Sin ningún lugar a dudas fue el contrabando de armas. El contrabando de armas estratégicas hacia el Líbano depende de dos factores: el primero está relacionado a Irán, Arabia Saudita e Israel. El segundo, a Al Qaeda y las organizaciones jihadistas salafistas, todos ellos actores principales del escenario que Hezbollah está preparando en la región según interpretaciones de Teherán.

Los iraníes están convencidos que Israel y Arabia Saudita preparan un ataque a sus instalaciones nucleares en el momento que las sanciones serán más leves, cuando el régimen teocrático se sienta cómodo y tranquilo para poder llevar a conclusión su proyecto nuclear militar. Según la interpretación iraní, Israel y Arabia Saudita sintiéndose traicionados por los Estados Unidos y por Europa, estarían preparando un ataque contra la República islámica de Irán. Uno de los medios para disuadir a Israel y Arabia Saudita de este ataque, y atacarlos si es necesario, es transferir misiles de largo alcance a las bases de Hezbolla, quien los apuntaría primero y principal contra Arabia Saudita y después contra Israel.

En los últimos tres años de guerra civil en Siria, Irán se dio cuenta que el enemigo principal no es Israel sino Arabia Saudita, es por eso que Hezbollah necesita nuevos misiles de mayor alcance que los 10,000 que ya dispone.

Otro motivo por el cual se están transfiriendo misiles de Siria al Líbano es impedir que, en caso que cayera el régimen de Assad, los misiles terminen en manos de organizaciones jihadistas salafistas sunitas como Al Qaeda. En caso que esto suceda, estas organizaciones podrían utilizar los misiles de largo alcance contra Hezbollah en el Líbano o contra sus aliados en Irak -y quizás contra el propio Irán- para proteger a sus propios aliados, es decir Hezbollah. Irán está intentando transferir estos misiles de largo alcance al territorio libanés.

Es importante señalar que en Siria existen todavía cantidades enormes de armas químicas que Hezbollah podría transferir al Líbano. Ni Estados Unidos ni Rusia ni la comunidad Europea ni Israel han sido capaces hasta este momento de bloquear herméticamente el traslado de estas armas hacia el Líbano. Arabia Saudita, quien está interesada que el conflicto en Siria continúe, provee a los jihadistas misiles anti aéreos para que puedan combatir en forma eficaz a los helicópteros de Assad que son utilizados para lanzar las terribles bomba-barriles sobre la población.

Rusia tiene una gran preocupación sobre lo que sucede en Siria y sobre los movimientos de Hezbollah, pero la crisis de Ucrania lo tiene aún más preocupado.  Turquía tiene un gran interés en la guerra siria pero no puede jugar un rol importante ya que la crisis interna que sufre el gobierno de Erdogan no le da cabida en esta batalla. Por eso es que Jordania se está convirtiendo en la principal base contra el régimen de Siria.

Un ataque perpetrado por Siria con el consentimiento de Irán a través de Hezbollah contra Jordania o alguno de sus intereses en el exterior no es una idea que se puede excluir. Irán ya utilizó esta metodología cuando perpetró los atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y contra la sede de la AMIA en 1994. La famosa pista siria no es más que un pasillo que lleva directamente a Teherán. Los líderes de Irán y del Hezbollah conocen perfectamente el territorio sirio. Se están preparando para la próxima fase de la batalla, es decir, una guerra regional entre las coaliciones (Israel,Arabia Saudita, Jordania y Qatar de un lado e Irán y sus satélites Siria y Hezbolla del otro). El presunto ataque israelí tenía como objetivo asegurar una posición más fuerte en vista de un futuro posible escenario bélico.

Dentro del Líbano, Hezbollah  tiene que enfrentarse a un problema serio y grave que está surgiendo en estos días. Los grupos terroristas jihadistas salafistas quieren propagar dentro del Líbano una guerra fotocopia a la que está sucediendo ahora en Siria. El día que en Siria los combates cesen, sea por la victoria del régimen de Assad o por su caída, seguramente comenzarán combates internos en el Líbano, ya sea para vengar la victoria de Hezbollah y Assad o para festejar la victoria sobre Assad, Nasrallah y Jameini.