La estructura productiva argentina, si bien padece la restricción externa, tuvo espacios para el desarrollo económico y social. La cadena que pesa en torno a la insuficiencia de divisas producto de las clases sociales que fugan capitales o transfieren fondos al exterior dejó sin inversión privada a la economía nacional, de lo que se deduce que al final de cuentas fueron la regulación y la inversión pública las claves para el bienestar social. La regulación del Estado en los espacios formales de trabajo, la inversión en infraestructura, modificación de leyes de la época de la dictadura cívico-militar, la recuperación de las AFJP, YPF y mayor participación estatal en grandes empresas ha evidenciado la efectividad del Estado asignando recursos. Aún así se podría comentar que el bienestar social no ha finalizado su tarea ni alcanzado a todos los sectores sociales. Por eso es importante poder tener una medición de cómo va evolucionando la economía nacional o como está el contexto regional.